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Frutas y hortalizas multiplican hasta seis veces su precio del campo a la mesa

Los agricultores dicen cobrar por el producto lo mismo que hace décadas mientras "se redoblan los costes de producción".

Cardo en una huerta oscense.
Cardo en una huerta oscense.
Javier Blasco

Pocos trayectos resultan más caros que el que realizan las frutas y verduras desde la mata o el árbol hasta la mesa del consumidor. Su precio se multiplica por dos, tres y hasta seis veces si se compara el dinero que ingresa el agricultor por kilo de producto y lo que acaba abonando el ciudadano en la caja de la frutería.


Así se refleja en las comparativas mensuales facilitadas por el sindicato COAG. Algunos ejemplos: por el melón que aún refresca las sobremesas de los aragoneses se piden de media 1,18 euros por kilo en el lineal del súper; entretanto, el productor percibe 19 céntimos, lo que arroja una diferencia del 521%. Por el kilo de uva de mesa se pagan 2,54 euros, de los que apenas 0,45 llegan al bolsillo de los agricultores, a cuyos bolsillos recalan únicamente 1,02 euros de los 5,19 que cuesta el kilo de ajo.


Las sucesivas manos por las que pasan las peras, lechugas y tomates desde que abandonan su huerta natal y recalan en un plato (que en muchos casos están separados por unos pocos kilómetros) acaban disparando los precios. Vicente López, hortofrutícola de La Almunia y portavoz de UAGA en materia de fruta, enumera los intermediarios que rodean a sus manzanas: "Los precios se multiplican por seis. Las frutas pasan por los almacenes de manipulación, en los que se colocan en cajas y alveolos (embalaje), donde el precio se infla entre 30 y 40 céntimos. Luego los asentadores (mayoristas) se llevan una comisión de venta, y finalmente los vendedores ponen los precios que consideran oportunos".


Además del recorrido, no se debe obviar la pérdida del agricultor con el destrío (aquellos frutos con defectos que no se venden en tienda), que o bien no cobra o pierde alrededor del 50% de su precio original en el mejor de los casos.


Por un kilo de manzana golden se pagaban 1,57 euros el mes pasado en las fruterías, mientras los agricultores perciben en este momento "entre 20 y 30 céntimos", hasta seis veces más, según indica López, quien precisa que el coste de producción ronda los 20 céntimos. En ese proceso, el agricultor invierte en abonos, fitosanitarios, combustible, semillas, maquinaria, poda, aclareo (arrancar frutos para que en la fase final de desarrollo no se toquen entre sí) y recolección.


El brevísimo y caro viaje de la borraja


Una verdura tan local como la borraja también engorda su precio pese a realizar un trayecto más que corto. Aunque debido a la mala cosecha de este año los hortelanos perciben, a día de hoy, 80 céntimos por un kilo, lo normal es que su precio en origen ronde los 20 céntimos si la producción es elevada. En el expositor ronda los 1,45 euros.


"Producir ese kilo cuesta más de 15 céntimos", asegura José Manuel Calle, presidente de la Asociación de Hortelanos y Productores de Zaragoza, quien concreta que tanto la borraja como la acelga "se venden al mismo precio que hace 20 años, cuando éramos 600 productores en la provincia y no los 70 que estamos ahora". "Los márgenes son más bajos, la vida ha subido mucho y los precios, no", precisa.


Otros ejemplos


También los datos facilitados por la DPZ son dignos de estudio. El precio de la alcachofa se incrementa en estos momentos un 198% y la inflación del tomate zaragozano alcanzó el 235% el pasado mes de mayo (ahora la diferencia es del 33%). También el calabacín registró recientemente un incremento de récord cuando en julio costaba en destino un 440% más que en origen.

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