UPyD no quiere hacer borrón y cuenta nueva con la etapa anterior de Rosa Díez, pero sí darle un lavado de cara a la marca para dar por cerrado el capítulo de crisis interna y de hundimiento electoral, y dar un nuevo aire al partido que le permita salvar las elecciones de diciembre.

En un acto que se celebrará el sábado en la Fundación Diario Madrid coincidiendo con el octavo aniversario de UPyD, se desvelarán los detalles de este cambio de imagen, que también incluirá retoques políticos.

Se trata de que los votantes perciban que efectivamente se ha producido algo más que una simple renovación del liderazgo con Andrés Herzog y que UPyD ha salido reforzada de sus convulsiones para afrontar el reto titánico de mantener su presencia en el Congreso.

Lo adelantó hace unos días el propio Herzog, que, sin contar en qué consistirán exactamente esos arreglos estéticos, avanzó que el color magenta no se tocará pero habrá algún cambio en el logo, que podría afectar a las iniciales de la formación.

Inamovibles son las ideas de UPyD porque "son buenas", dijo entonces, aunque introducirá también algunas novedades de tipo político en esta nueva etapa en la que Rosa Díez seguirá estando presente, sobre todo en la campaña de las generales.

Está por ver cómo se encaja su participación para no trasladar la idea de que no ha habido tal cambio o que existe una bicefalia en el partido.

Además, la portavoz en el Congreso ocupará un puesto "simbólico" en las candidaturas para las generales, que podría ser cerrando una lista.