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Aragón y Cataluña: una relación que mueve 16.700 millones anuales

Relaciones comerciales, propiedades... Aragón mira con expectación los comicios de la comunidad vecina.

El presidente de Aragón, Javier Lambán (i), durante el pleno de las Cortes de Aragón
Lambán envió este viernes una nueva carta a Mas por el conflicto de los Bienes
EFE/Javier Cebollada

Aragón y Cataluña. Dos comunidades autónomas con un pasado y presente comunes y la necesidad de entenderse. No por una cuestión meramente política, sino por el aplastante peso de la economía. Los dos territorios comparten más de 300 kilómetros de linde, mantienen unos intercambios comerciales que superan los 16.700 millones anuales y viven el ir y venir de sus vecinos de una tierra a otra. Por eso los comicios autonómicos de este domingo, enfocados como un plebiscito por las fuerzas independentistas, son escrutados con especial atención por los aragoneses.


El nexo económico entre las dos tierras es innegable. Cataluña vende bienes y servicios en Aragón por valor de 11.560 millones de euros. El doble que a Alemania (5.532 millones) y más que a toda Francia (10.435 millones). Aragón hace lo propio en dirección contraria, con un volumen de ventas en tierras catalanas que asciende a 5.224 millones, según los datos oficiales. La Comunidad vecina no encuentra una balanza comercial que se acerque con ningún otro territorio del mundo. Y ninguna autonomía española compra tanto en otra como la aragonesa en la catalana (unas adquisiciones que suponen el 62% del total dentro del territorio nacional).


Un flujo económico que el tejido empresarial de los dos territorios quiere mantener intacto a toda costa. "Los empresarios tenemos unas relaciones muy intensas con Cataluña. Una hipotética secesión tendría unas consecuencias económicas muy preocupantes. Se tienen que imponer el diálogo y el sentido común", señala Aurelio López de Hita, presidente de Cepyme en Aragón.


López de Hita recuerda la reciente reunión de todas las delegaciones de Cepyme, en la que se abordó el clima político catalán y su repercusión en la economía española: "Los representantes de Cataluña estaban realmente preocupados por la falta de sensibilización de una parte de la sociedad catalana, que no se da cuenta de cómo les afectaría realmente. Más allá del boicot del que siempre se habla y en realidad no existe, se está poniendo en peligro la relación habitual de las empresas de uno y otro lado y la necesaria unidad de mercado".


Las grandes patronales catalanas también advierten de los peligros económicos de la secesión. Desde Foment del Treball, una de las principales organizaciones, se ciñen al comunicado que lanzaron esta semana y en el que advertían de que estos comicios "generan tensión y máxima preocupación desde la perspectiva empresarial". Una incertidumbre que se viene traduciendo en deslocalizaciones puntuales, algunas en dirección a Aragón (a donde se trasladaron al menos 63 durante el pasado año y 220 desde 2012).


El impacto económico de un territorio en otro no se queda ahí. Es obligatorio atender al poso que deja el turismo, ya que más de 10.000 aragoneses tienen una segunda residencia solo en la Costa Dorada, mientras los ciudadanos catalanes encabezan los ránquines de turismo interior en Aragón.


Aragoneses y catalanes de adopción


La cercanía motiva que, cada año, miles de estudiantes y trabajadores cambien su domicilio habitual para vivir en la comunidad vecina. Este último curso, medio millar de los aragoneses que iniciaron una nueva carrera lo hicieron en una universidad catalana. Entretanto, 316 alumnos que arrancaron el último curso en la Universidad de Zaragoza habían aprobado la selectividad en Cataluña.


Y lo mismo ocurre en el plano laboral. El Servicio Estatal de Empleo registra cada año miles de movimientos de trabajadores que se desplazan de una provincia aragonesa a una catalana -y viceversa- con motivo de una nueva contratación.


Heridas abiertas


Uno de los capítulo más polémicos dentro de las relaciones entre la DGA y el 'Govern' es el de los 113 bienes del Aragón oriental que descansan en suelo ilerdense. "Los catalanes pueden ser más que los aragoneses pero Aragón no es menos que Cataluña", dijo Javier Lambán este viernes tras enviar una misiva a su homólogo, Artur Mas. Es el último capítulo de un litigio con ocho sentencias firmes y que genera un importante malestar en las altas instancias aragonesas, cuya propiedad vienen reclamando desde hace décadas.


Otro aspecto que duele -y mucho- en un amplio sector de la población aragonesa son los ánimos expansionistas de parte del independentismo catalán, que tergiversa la historia confundiendo la Corona de Aragón con la falsa tesis de la "Corona cataloaragonesa" e incluye territorios aragoneses en sus proyectos de nuevo estado. Un juego en el que incluso entran los medios oficiales de la Generalitat, que da cabida a estos términos en su propia página web.


En un segundo (o tercer) plano se encuentra el archivo de la Corona, ubicado en Barcelona. El Patronato que en teoría lo gestiona sólo se ha reunido en una ocasión, cuando se escenificó su puesta en marcha. Desde entonces, el Patronato se encuentra inactivo, a pesar de las iniciativas para darle vida.


Desde el ámbito académico no se acierta a imaginar qué implicaciones podría haber tenido el correcto funcionamiento de este organismo, encallado debido a las diferencias entre las autonomías. Seguramente, porque nunca ha llegado a funcionar. “Lo cierto es que desde el ámbito de la investigación no afecta para nada. Cualquier persona acreditada puede ir y consultarlo, los funcionarios que los atienden son magníficos y es un archivo de titularidad estatal, como el de Simancas o el de Indias, que además ahora está disponible en buena parte en internet”, explicaba Esteban Sarasa, profesor titular de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza, que participó en el acto inaugural.

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