Entre el 5 de mayo y el 4 de septiembre de este año, 1.488 pacientes derivados a clínicas privadas para operarse a cargo de la sanidad pública rechazaron la intervención que se les propuso. Esta cifra de renuncias representa el 72,3% del número de procedimientos quirúrgicos que estaba previsto externalizar en estos meses para reducir las listas de espera y, como consecuencia, apenas se ha ejecutado el 20,6% del presupuesto apalabrado con la sanidad privada.

De los 2,4 millones a los que ascendía el contrato con las cuatro clínicas privadas adjudicatarias, solo se han realizado intervenciones concertadas por valor de 490.000 euros, quedando todavía un saldo disponible de 1,9 millones cuando el contrato debía haber finalizado a principios de este mes y, en principio, no admitía prórroga.

El Gobierno de Aragón considera que esta elevada cifra de renuncias ha sido propiciada por la coincidencia con los meses de verano y ha decidido ampliar el plazo de ejecución del contrato con las cuatro clínicas (Montpellier, Quirón, Montecanal y Santiago) y así seguir externalizando operaciones a sus quirófanos hasta el 31 de diciembre.

La Administración entiende que el periodo de verano ha provocado una "distorsión en la ejecución del contrato" ya que, según explica el departamento de Sanidad en la orden emitida esta semana, "los pacientes a los que se les propone ser intervenidos en estas fechas renuncian en muchas ocasiones a dicha propuesta, solicitando que dicha intervención se les realice pasado el verano".

Pero el Gobierno de Aragón admitió este martes que la baja tasa de ejecución del contrato con las clínicas privadas no se debe solo a los retrasos por vacaciones solicitados por los pacientes y reconoció algunos problemas de organización a la hora de ejecutar esos conciertos, especialmente por los desajustes entre los servicios que se ofertaban y las necesidades de los pacientes.

Rechazo a las externalizaciones

Entre los 1.488 pacientes que han renunciado a la intervención concertada se encuentran también quienes han rechazado ser derivados a clínicas privadas. Algunos por la voluntad de ser intervenidos en su centro hospitalario habitual y otros por la convicción de que la externalización perjudica a la sanidad pública.

Es el caso de Ángel G., un paciente que estaba en lista de espera para operarse del ligamento cruzado anterior. Es profesor y quería que su intervención se realizase en los meses de verano para que el periodo de baja coincidiese el menor tiempo posible con el curso escolar. Poco antes de que finalizase el curso le llamaron para informarle de que sería derivado a la clínica Montpellier y el se negó. "Les dije que yo no había solicitado ninguna derivación y que no quería que me operasen fuera del sistema de la Seguridad Social -recuerda Ángel-. Además no me gustó nada que me lo ofreciesen".

Las propuestas de derivación a clínicas privadas coincidieron además con la campaña 'Niégate a ser derivado a la privada' impulsada poco antes del verano por la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública de Aragón. Fernando Arenas, uno de sus portavoces, explica que distribuyeron folletos por los centros públicos pidiendo a los pacientes que se negasen a ser derivados a la sanidad privada: "Les informamos de que las externalizaciones acaban siendo más caras y de que eso va en detrimento de los presupuestos para la salud de los aragoneses". Aunque la asociación no puede confirmar que parte de esas renuncias respondan a su campaña, asegura conocer más casos de personas que han renunciado por los mismos motivos: "Los aragoneses quieren una sanidad pública y es normal manifestarlo renunciando a las derivaciones".