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De una vida acomodada al límite de la pobreza

Los centro sociales ratifican los datos del INE al detectar que cada vez solicitan sus servicios más aragoneses, entre ellos "pobres vergonzantes".

Gente sin hogar
Gente sin hogar
PEDRO ETURA/A PHOTO AGENCY

El tránsito de llevar una vida acomodada a vivir al límite de la pobreza es una situación a la que varias familias aragonesas han tenido que hacer frente a lo largo de estos años de crisis. Y la coyuntura de asfixia económica parece no tener fin. La tasa de personas en riesgo de pobreza o exclusión social en Aragón sigue avanzando hasta llegar casi al 21% (un punto más que en 2014) y la media nacional también ha crecido hasta el 22%, según la Encuesta de Condiciones de Vida 2014 publicada esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE). 


"La demanda de alimentos por parte de las familias no ha dejado de crecer. Desde el comienzo de 2015 hasta hoy hemos repartido más de 1.495.822 kilos de alimentos en Zaragoza y provincia", apunta José Ignacio Alfaro, presidente del Banco de Alimentos de Zaragoza, que asegura que lo que sí se ha frenado es la apertura de centros de recogida de alimentos. "En 2013 se abrieron casi 50 centros, en 2014, 16 y en lo que llevamos de 2015, cinco nuevos puntos de recogida", cuenta.


A simple vista la cifra es positiva pero Alfaro advierte que "aunque la apertura de centros se haya estabilizado, se ha incrementado el número de personas que acuden a los que ya están abiertos". Además, no solo preocupa este incremento sino qué alimentos se demandan y quién los solicita. "Sustentos para el desayuno de los más pequeños como cereales, bollería, leche, galletas, etc., son los más solicitados en el último año", dice Alfaro: "Incluso nos llegan demandas de pañales cuando nosotros trabajamos únicamente con productos alimenticios". El asunto es preocupante. "Me consta que acuden niños al colegio sin desayunar. De hecho, hubo un caso en un colegio del centro de Zaragoza donde un niño se desmayó en clase porque esa mañana no comió nada", cuenta. 


Por otro lado, aumenta el perfil de los "pobres vergonzantes, como antiguamente se les denominaba", según explica Alfaro. "Son personas que llevaban una vida acomodada, tenían su sueldo, su casa, su coche, y de la noche a la mañana, se quedaron en paro. Y, tras año cobrando prestaciones se ven ahora con cero ingresos en la cuenta", apunta el presidente del Banco de Alimentos, que dice que "la mayoría eran autónomos o profesionales liberales". 


El coordinador autonómico de Cáritas Zaragoza, Francisco Yagüe, asegura que  el dato más alarmante del informe del INE es el que indica que un 4% de los aragoneses no pueda acceder a artículos de primera necesidad. (en el año 2009 era el 0,2%). En Cáritas aumenta el número de personas que piden auxilio material. "El mayor volumen de ayuda se destina a alimentación y vivienda. Y, ya no hablamos de perfiles, sino de circunstancias que llevan a las familias a tener dificultades", indica Yagüe. 


Otro de los problemas que agravan esta brecha es el empleo precario. "En la actualidad tener una ocupación no garantiza que tengas dinero para comer", sentencia Petra Presa, trabajadora social de la Hermandad del Refugio de Zaragoza. "El comedor social se llena de personas que sí tienen trabajo pero que dan prioridad a pagar la hipoteca o el alquiler de la casa, la luz o el agua antes que quedarse en la calle", explica Presa. "Se ha jugado con los empleos hasta llegar, en muchos casos, a la esclavitud. Todo es fruto de determinados políticas", critica.


El último caso al que ha tenido que enfrentarse la trabajadora social es al de "dos generaciones rotas" por la crisis. Un padre de 52 años y su hijo de 28 se vieron obligados a acudir al albergue del Refugio. "Perdieron su trabajo en la construcción y al no tener ningún ingreso, la familia se quedó sin la casa en la que vivía. Además, el problema empeoró por el divorcio de sus padres", cuenta Petra. "Han estado durante dos semanas durmiendo y comiendo en el albergue. Era una familia normal que de pronto ha tenido que convivir con personas sin hogar", afirma Presa, quien asegura que "es una realidad muy dura. Se vive con mucha incertidumbre y estrés porque pueden entrar en un círculo del que es complicado salir", dice. 

Cruz Roja ayuda a más de 10.000 aragoneses

Desde Cruz Roja Zaragoza aportan datos alarmantes. La organización lleva a cabo un programa de lucha contra la pobreza en la Comunidad y el incremento en los últimos años de las personas a la que asisten es impactante. "En 2011 ayudamos a 4.287 personas en riesgo de pobreza en todo el territorio. En 2014, a 10.744, más del doble", apunta el coordinador autonómico de Cruz Roja, Fernando Pérez. 


Además, según explica Pérez, no solo se presta ayuda material, sino también psicológica. "Por lo general son personas que jamás pensaban verse en tal situación, sin ningún tipo de recursos para poder vivir dignamente.

El problema económico siempre viene acompañado de la mochila psicológica", detalla Pérez. 


En 2012, Cruz Roja entregó 15.652 entregas de bienes y prestaciones económicas a familias aragonesas en las que se incluye juguetes, material didáctico, alimentos, ropa, pagos de luz y agua, y ayudas sanitarias, entre otras muchas. En 2014, las entregas aumentaron hasta las 30.582, según datos facilitados por la organización. 


Y, los datos siguen sin mejorar. El 49,2% de los aragoneses que atiende Cruz Roja están desempleados, y de esos, el 36% tiene hijos a su cargo. El 9,6% de los usuarios de Cruz Roja Aragón carecen de ingresos y el 21% cobra menos de 500 euros. "Si analizamos estos números obtenemos una fotografía de Aragón donde predomina la necesidad, el empleo precario y la pobreza infantil", dice Pérez. 

Menos dignidad y más exclusión

José Luis Esteruelas, trabajador social del Centro Social San Antonio, cerca del barrio Ruiseñores, asegura que en la ciudad son necesarios estos lugares donde se ayuda a las familias porque "hay demoras en las prestaciones de urgencia que da el Ayuntamiento de Zaragoza". Pero, Esteruelas quiere resaltar la parte positiva: "La gente sale adelante gracias a la solidaridad de sus familias, vecinos de Zaragoza y asociaciones".


El Centro de San Antonio ofrece 90 comidas al día y ayuda a casi 100 familias al mes. "En la actualidad las organizaciones sociales atienden a la remesa de parados que se han quedado sin prestaciones. Gente que está en exclusión social y que costará que vuelvan a tener una vida digna", apunta Esteruelas, porque dice: "Cada vez hay menos dignidad y más exclusión".