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Jaime, a diez minutos de su casa

Jaime Romero, jugador, cedido por el Udinese italiano, regresa a Albacete, su ciudad, cinco años después de su eclosión como profesional en la filas albaceteñas.

Jaime, con el 32 en el pantalón, en un partido con el Albacete en 2009 con solo 18 años.
Jaime, a diez minutos de su casa
Lola Ortiz/ La tribuna

Dejó el Albacete en el verano de 2009. Y no ha vuelto a pisar el Carlos Belmonte.


En efecto, llevo más de cinco años fuera de casa y no ha habido oportunidad de volver a jugar contra el Albacete en ninguno de los equipos en los que he estado. En Italia y Turquía, por motivos obvios. Aquí en España, ni el Granada, ni el Castilla coincidieron nunca en la misma categoría. Han sido años muy malos para el Alba en Segunda B.


Es el Real Zaragoza el que le hace regresar, pues, a su casa.


Es un fin de semana raro para mí. Tengo unas sensaciones extrañas, que nunca antes había sentido, claro. El Albacete es mi equipo de niño, en el que siempre estuve hasta que me fichó el Udinese. Jugar en contra del Alba me provoca un sentimiento nuevo. No sé cómo describirlo. Muy raro.


En las gradas estarán sus padres, toda la familia.


Por supuesto. Toda mi familia es de Albacete y ahí viven. Imagínate lo que supone que vaya yo al Carlos Belmonte con el equipo rival. Un acontecimiento.


¿A qué distancia está su casa del estadio?


A diez minutos. Albacete es una ciudad pequeña. Muy cerca.


Donde no queda nadie de su anterior etapa albaceteña es en el vestuario del equipo manchego.


No, nadie. El paso por Segunda B lo ha cambiado todo mucho. Solo permanecen algunos trabajadores del club. Y algún técnico de la cantera, que ahora está de ayudante en la primera plantilla.


Han pasado cinco años desde su eclosión como jugador profesional. Tenía usted 18 y subió directamente del juvenil al equipo de Segunda División sin pasar por el filial.


Era la temporada 2008-09, recuendo que jugué en La Romareda contra el Zaragoza, que entrenaba Marcelino y ascendió.


¿Quién fue su mentor?


Quien apostó por mí fue Juan Ignacio Martínez (JIM). Me llevó a hacer la pretemporada con el primer equipo, se fijó en mí y ya me quedé en la plantilla. Fue un entrenador que se portó de maravilla conmigo, que siempre me dio su confianza y el que me ayudó a destacar. Para todo jugador, es básico tener entrenadores que confíen en ti


En esas bandas del Carlos Belmonte usted hizo sus primeras carreras. En esas porterías, marcó sus primeros goles.


Si juego, lo haré en un campo que fue mío. Al final, da igual donde juegues. Pero es cierto que, cuando lo haces en un sitio conocido, que te trae muchos recuerdos y vivencias, la sensación es diferente. Tus referencias ya no son vacías, te conoces cada rincón.


Su fichaje millonario por el Udinese fue una operación súbita, inesperada, que sorprendió a todo el fútbol español.


Muy rápida, quizá demasiado. Yo era titular en el Albacete desde la 3ª jornada y, recuerdo, después de la Navidad ya estaba cerrado mi traspaso al Calcio. Estuve cedido hasta junio, pero ya era del Udinese. En cuatro meses pasé del juvenil del Alba a un equipo potente de la Serie A italiana. Un sueño.


Parece que tiene difícil la titularidad. Todo apunta a que tendrá que salir un día más como suplente.


Después del buen partido del equipo el otro día ante la Ponferradina, es lo normal. Yo no puedo hacer nada más que esperar.


¿Cómo ha vivido el cambio de entrenador?


Bien, con ilusión. Creo que, con Víctor Muñoz, lo he hecho bien cada vez que he jugado. Pero se me ha etiquetado como jugador que ha de salir desde el banquillo y eso no le favorece a ningún futbolista.


No se sentía cómodo.


No me gusta ese papel que se me asignó por haber metido los goles que hice al salir de suplente. Todo el mundo quiere jugar, y yo el primero.


En el método de Popovic, la segunda línea parece ganar importancia táctica. Le favorece.


Yo quiero jugar porque me lo gane, porque se confíe en mí. No porque haya bajas o cambios raros. Creo que he hecho méritos para tener un puesto en el once.


Si marca gol con la camiseta zaragocista, ¿va a celebrarlo o no le apetece?


Creo que, por respeto, si marco un gol en este partido no lo celebraré. Todo lo que tengo, todo lo que he podido hacer en el fútbol, se lo debo al Albacete. Ahí me crié.


Todo lo que no sea ganar hoy en Albacete, ¿será un fracaso?


En Copa fueron ellos mejores y nos ganaron. El Alba es el local y no es tan mal equipo como parece. Eso sí, debemos ganar. Pero con respeto hacia un rival muy mejorado.