Con la de Almudévar
Visitas guiadas para refrescarse este verano en Almudévar
Las visitas recorren el centro de interpretación y el entorno natural de la Corona,
conformado por el castillo de Almudévar, la ermita de la Virgen de la Corona y el Pozo Chelo
Este verano, la localidad de Almudévar ofrece sus visitas teatralizadas en el centro de interpretación El Bodegón, en el marco del proyecto Puertas Abiertas en la Hoya de Huesca. Estas visitas son gratuitas y se celebran los sábados y domingos a las 12.00.
A cargo del grupo de teatro Opozal, constituyen un divertido recorrido por la historia, el patrimonio y las costumbres de Almudévar. Su duración se adapta al tiempo del que disponen los visitantes y no es necesario reservar, excepto en el caso de grupos grandes.
El recorrido comienza en El Bodegón, donde los participantes son recibidos por un actor que recuerda a Pedro Saputo, el personaje literario natural de Almudévar creado por Braulio Foz. Allí descubrirán cómo eran las bodegas y los viñedos en el siglo XVIII. Después, suben al castillo de la Corona, una fortaleza de origen musulmán situada sobre el cerro que da nombre a la población. Allí, asisten a la representación de un romance del Alto Aragón que cuenta la historia de cómo Pedro IV de Aragón, Carlos II de Navarra y Enrique de Trastámara se reunieron en esta fortaleza para derrocar a Pedro I de Castilla.
La visita les lleva a la ermita de La Virgen de la Corona, donde se representa un capítulo de Pedro Saputo en el que pinta esta ermita. De ahí, pasean hasta el mirador, para disfrutar de unas increíbles vistas del Prepirineo, la sierra de Guara y el Moncayo.
Una visita a Almudévar a través del paladar
A continuación, bajan a una bodega para degustar productos de la zona: vino de la Cooperativa Virgen de la Corona, trenza de Almudévar de la Tolosana, torta de la panadería Mariano Pérez y quesos de Quesos d’Estrabilla.
El Pozo Chelo es la siguiente parada, una construcción para almacenar nieve durante el verano, donde se proyecta una película para mostrar cómo funcionaba. La visita concluye en una casa típica aragonesa del s. XIX que se conserva tal y como estaba en la época, con todos los utensilios y enseres.
