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Una tierra de quesos
Si algo caracteriza a Aragón es su riqueza en alimentos artesanos, como la tradición quesera que se extiende en las tres provincias, dejando productos reconocidos fuera de los límites del territorio.
Con una región reconocida por su pasión por la agricultura y ganadería, era de esperar encontrarse en el mercado productos de calidad artesana únicos e inconfundibles. Y, como no podía ser de otra manera, este es el caso de los quesos de Aragón.
En esta tierra de montañas, estepas, ríos y valles, las vacas, ovejas y cabras pastan al aire libre y bajo el atento cuidado de sus ganaderos y ganaderas. Un ecosistema natural que se refleja en la leche de gran riqueza que producen a la que, sumándole las tradiciones de elaboración artesanales de las tres provincias, dejan como resultado unos quesos especiales.
Entre las montañas pirenaicas
En un rincón de la prepirenaica sierra de Guara, se elaboran los Quesos de Radiquero, que, además de cuatro variedades, elaboran queso fresco, queso en aceite, requesón y cremas. Y ya entrados en los Pirineos, destacan el premiado Queso Benasqués, los Quesos Benabarre o los de Saravillo, entre otras grandes queserías.
Más allá de la capital
El queso es también una de las herramientas con las que territorios como Letux luchan contra la despoblación. En la sierra del Moncayo, un tesoro quesero se esconde en Arándiga.
El sabor del Maestrazgo
Quesos Sierra de Abarracín o la Freixneda de Cabra son de los turolenses más reconocidos. No obstante, destacables son los Quesos de Tronchón, quesería cuyo molde propio denominó a un nuevo tipo de queso nacional: el de Tronchón.
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