¿Qué destino tienen las flores que han llenado estos días Zaragoza de color?

La notable asistencia que tuvo el pasado fin de semana el festival Zaragoza Florece puso de manifiesto su condición de cita imprescindible en la agenda de ocio y cultura de todos los públicos de la ciudad. Una exitosa iniciativa en cuyo marco también se han impulsado otras acciones, como la exposición ‘El rugido de la primavera’, que ha permitido ver ocho imponentes leones floridos en la plaza de Santa Engracia; o la muestra de los cuadros de ocho artistas que han sido reinterpretados a través de las plantas que recrearon en su obra original y que fue expuesta en sendos cubos del paseo de la Independencia.

Además, la entrada principal de las instalaciones de HERALDO, organizador de estas acciones junto al Ayuntamiento de Zaragoza, también ha estado engalanada estos días con diversas y originales plantas y flores que han captado la atención de los viandantes. Estas fueron recogidas el pasado 29 de mayo y depositadas en los nuevos contenedores destinados a la materia orgánica existentes en la contrata municipal de limpieza y gestión de residuos de la capital aragonesa. Una acción que, además de completar un proyecto muy vistoso y especial que ha tenido por bandera a la naturaleza, ha constituido un gran ejemplo de sostenibilidad y economía circular.

Y es que, entre las tareas de FCC se encuentra la de la recogida de la materia orgánica que se deposita en el nuevo contenedor marrón (también conocido como quinto contenedor), que se empezó a implantar a principios de abril. Por ello, se trasladaron hasta el lugar varios de estos contenedores para poder depositar allí estos residuos, aptos para este tipo de depósitos junto a los restos de fruta y verdura y de carne y pescado; las cáscaras de huevo, el marisco y los frutos secos; el pan; los posos de café e infusiones; las servilletas y el papel de cocina usados; los restos de jardinería; o los tapones de corcho y los palillos.

En cambio, no se deben depositar en él productos de higiene personal (toallitas, pañales, compresas, tampones...); restos que se generan al barrer el suelo; pelo; cerámica; excrementos de animales y arena de mascotas; colillas y ceniza; cápsulas de café ni aceite usado.

Aránzazu Navarro.

Cabe destacar que tanto estas flores y hojas como las de los cubos expuestos en el paseo de la Indepedencia acabarán en el Centro de Tratamiento de Residuos Urbanos de Zaragoza (CTRUZ), donde se convertirán en energía limpia y en compost, elemento empleado para abonar las zonas verdes de la ciudad, con lo que se les da una nueva vida y se reducen los residuos que acaban en el vertedero, cuidando con ello la vegetación del entorno.

El despliegue de los más de 2.000 contenedores que instalará en la capital aragonesa FCC cuenta con financiación de la Unión Europea-Next Generation, dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Además, constituye una iniciativa que se enmarca en el objetivo del consistorio de que Zaragoza sea una ciudad ‘cero residuos’, hito que va unido al compromiso de lograr entornos urbanos más saludables para la ciudadanía, mejorando así su calidad de vida.

Desde FCC afirman que están muy concienciados con el reciclaje de la materia orgánica por la importancia que este proceso tiene para el planeta. No en vano, es fundamental para reducir las emisiones contaminantes e impulsar la economía circular en un momento en el que numerosos expertos están poniendo el foco en la necesidad de tomar medidas para resolver la situación de emergencia climática en la que nos encontramos.