"Poder vivir algo así en un lugar tan mágico hace que la experiencia sea única"

Comer montado en el vagón de un tren ubicado en una estación emblemática que ha sido catalogada como Bien de Interés Cultural y, todo ello, en un restaurante que ha recibido la estrella Michelin es una de las experiencias gastronómicas más especiales que se pueden vivir en la actualidad en Aragón.

Algo que es posible gracias a Canfranc Express, el restaurante de esta localidad oscense que atrae a turistas de todo el mundo gracias a sus interesantes propuestas y que dirigen el chef Eduardo Salanova y la directora de sala Ana Acín, ganadores del Premio Con Mucho Gusto en la categoría de fenómeno gastronómico. "Es un orgullo y una satisfacción que HERALDO haya reconocido su apuesta por la alta gastronomía y por poner en valor la recuperación del recetario tradicional y el producto aragonés, porque nuestra ilusión es que los clientes del extranjero, como los que hay en el hotel, lo conozcan y lo valoren", apunta Salanova.

Se refiere al Royal Hideaway Hotel, un alojamiento de lujo inaugurado por la cadena Barceló a principios de 2023 tras la rehabilitación integral de la histórica Estación Internacional de Canfranc. El restaurante completa esta oferta turística con platos repletos de guiños a la gastronomía de la tierra y a la trayectoria de la infraestructura mezclados con técnicas de vanguardia. "Además de comer, uno puede sumergirse en la estación y en su historia. Se pasa por diferentes zonas que terminan en un vagón de 1927 en el que se desarrolla la última parte del menú. Poder vivir algo así en un lugar tan mágico hace que la experiencia sea única", apunta Salanova, natural de Canfranc.

El pasado 20 de junio cumplieron justo un año de andadura, de la que hacen un balance muy positivo. "Llegamos a mucha gente porque Canfranc tiene mucho público extranjero, así que la actividad nos permite llevar nuestra gastronomía a numerosos lugares. Afortunadamente, estamos teniendo reconocimientos y se está trabajando muy bien, y la idea es dar a conocer el valle y ser un hotel-destino para que la gente pueda estar aquí varios días y acercarse también a Jaca, a las queserías de la zona y a otros restaurantes del territorio para crear sinergias que nos beneficien a todos", expone Acín.

Seguir dando a conocer la gastronomía aragonesa con la misma pasión y vocación es el reto que se marcan estos profesionales, que pretenden que cada persona que les visite se vaya con un recuerdo imborrable y que la popularidad de su actividad ayude a dinamizar el turismo en el valle y todo ello contribuya al crecimiento de la zona.