"No queremos hacer una cocina para el turismo, sino para nosotros mismos"

"Todos los premios que te puedes esperar los he recibido en cuatro meses. Hemos ido como un cohete, de acabar de empezar un proyecto que no está del todo construido a que se te reconozca tanto. Así que ahora queremos asentarnos, hacer más sólida la iniciativa para poder continuar y seguir creciendo". Así resume la chef Iris Jordán la intensidad que ha tenido su vida profesional en lo que llevamos de año, un periodo en el que ha ganado el reconocimiento a la mejor tapa en Madrid Fusión (gracias a su ‘Donete de paloma en escabeche de abeto’), ha llevado a su restaurante (Ansils, en el valle de Benasque) a lograr un nuevo sol Repsol y ahora ha sido merecedora del galardón a la cocinera más innovadora en los XX Premios Con Mucho Gusto.

"Me hace mucha ilusión este reconocimiento, especialmente porque tiene que ver con la innovación, y también porque refleja que los jóvenes nos estamos haciendo un hueco en el sector. Además, todos los premios del territorio nos ayudan a ser más visibles a nivel nacional", apunta esta aragonesa de 29 años.

La mezcla del recetario clásico con nuevos sabores y texturas del entorno es la principal seña de identidad de Ansils, el restaurante familiar que dirige junto a su hermano Bruno en Anciles (Benasque) desde hace un año y en el que su abuela estuvo al frente durante más de cuatro décadas. "Aunque innovamos, también estamos yendo para atrás, pues mezclamos la alta cocina con lo tradicional, contando una historia sobre el entorno al servir los platos. Todo ello con el objetivo de que quien venga al valle, que se está masificando por el turismo, sepa que había unas recetas clásicas y unas costumbres en la zona. Queremos seguir luchando por no tener que hacer una cocina dirigida al turismo, sino a nosotros mismos, y que eso nos identifique con el territorio", asegura la chef.

La reivindicación de la importancia de hacer lo que esté en la mano para salvar el medio rural es muy importante para Jordán, que desde hace más de dos años lleva por bandera el lema ‘¡Qué vivan los pueblos!’. "Parece que da miedo coger el relevo de los negocios en los pueblos y no tiene que dárnoslo, porque es algo que si lo haces te da una importante recompensa, al ayudar al territorio y encima poniendo tu esencia a cada negocio. En nuestro caso, la gastronomía está de moda, y es algo que si se sabe aprovechar puede permitir dar voz a mucha gente", finaliza Jordán.