La que apuesta por la responsabilidad social corporativa (RSC) es una empresa del siglo XXI. Una organización que ha hecho de su crecimiento y su progreso la razón de ser de su actividad, teniendo en cuenta en todo momento la huella que deja en la sociedad y su proyección de futuro.

Organizaciones y administraciones coinciden en que la implantación de estas políticas de desarrollo sostenible han dejado de ser una opción para convertirse en una obligación. Por un lado, porque las directivas europeas cada vez son más exigentes a la hora de medir el impacto medioambiental de cualquier actividad, pero también porque la población demanda una sociedad más comprometida con el entorno a todos los niveles. Las personas buscan empresas responsables para invertir su talento, también los inversores para materializar sus proyectos, y los proveedores y clientes para generar una cadena de valor. Por supuesto, los consumidores depositan su confianza en aquellas marcas que avanzan con la sociedad.

Respetuosa con el medioambiente

Optimización: Una adecuada gestión de recursos y residuos reduce los impactos ambientales negativos derivados de la actividad de la empresa y contribuye a generar más confianza en el consumidor y en el cliente final. Dicha gestión se traduce en respetar los estándares de medición en relación con la huella de carbono, los gases de efecto invernadero, el ciclo de vida de los productos o el impacto social de las actividades de la organización.

Transparente y con garantías

Buen gobierno: La aplicación de un código ético es la garantía para el crecimiento sostenible de la empresa en el medio y largo plazo, ya que ayuda a restablecer la confianza de los inversores, aumenta el acceso a fondos internacionales, atrae y retiene el talento y fomenta la imagen de marca. Para ello, se hace preciso apostar por la comunicación y la transparencia en toda la cadena de valor, haciendo partícipes a proveedores, clientes y trabajadores del proyecto.

Solidaria y comprometida

Social: Que las empresas sean agentes activos de la sociedad implica que muestren interés por lo que sucede en su entorno. El apoyo a causas sociales no tiene por qué implicar un elevado coste, sino que cualquier gesto que contribuya a mejorar la comunidad, protegiendo a las personas más desfavorecidas, promoviendo valores deportivos y culturales, o colaborando en la difusión de mensajes solidarios tendrá su repercusión en la reputación empresarial.

Competitiva en el mercado

Innovación: Aplicar medidas de desarrollo responsable y sostenible también implica ser una organización innovadora y más productiva. De este modo, tendrá la posibilidad de reducir costes de la optimización de procesos y de la gestión de residuos, además de reducir el riesgo de litigios y sanciones, contar con un personal y unos socios más motivados y tener mayor acceso a subvenciones y otras líneas de financiación preferentes, lo que consolidará su actividad.

La visión de los expertos

mesa redonda

Los expertos, en un instante del encuentro que se celebró en las instalaciones de HERALDO el pasado miércoles.

El reto de atender a las tres patas de la sostenibilidad para no dañar la reputación

Representantes del Gobierno de Aragón, Coca-Cola Europacific Partners, Sesé y Grupo Forestalia debatieron el pasado miércoles en las instalaciones de HERALDO sobre la importancia de cumplir con los criterios de responsabilidad social corporativa y que estos estén presentes en todas las áreas de las organizaciones.