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energías renovables

¿De dónde viene la energía que consumimos en casa?

Desde que la energía eléctrica se produce hasta que llega a nuestras casas, pasa por varias fases que comprenden la transformación, la distribución y la comercialización.

Central eléctrica en la provincia de Huesca.
Rafael Gobantes

Para nosotros, tener luz en casa es tan fácil como presionar un interruptor, sin embargo no siempre se sabe cuál es el camino que recorre la electricidad para llegar hasta nuestros hogares. Se trata de un proceso complejo que requiere de varios pasos que van desde la producción de energía hasta su comercialización.

El primer paso consiste en transformar una fuente de energía primaria –esto es, un recurso que puede encontrarse en la naturaleza– en una energía secundaria apta para el consumo como es la electricidad. Estas fuentes pueden ser renovables –como la solar, eólica, hidráulica o biomasa, entre otras– o no renovables, que son los combustibles fósiles como el carbón, petróleo o gas natural, además de la energía nuclear. La obtención de energía de dichas fuentes primarias se produce en las centrales eléctricas, que en función del tipo de recurso explotado pueden ser térmicas, solares, eólicas, nucleares, etc.

Tras convertir la energía obtenida en electricidad, se transmite desde las centrales eléctricas hasta las subestaciones, cuya función es elevar la tensión para que se pierda la menor cantidad posible de energía en su transporte. Una vez llega a las ciudades, la tensión vuelve a reducirse hasta niveles apropiados para su distribución y consumo.

Las subestaciones eléctricas son, por tanto, imprescindibles para regular la tensión de la energía eléctrica en cada fase del proceso y suelen ubicarse próximas a las centrales o en las afueras de las ciudades, aunque aquellas que tienen menor tamaño pueden localizarse dentro de las urbes.

En este punto de la cadena entran en juego las empresas distribuidoras, que son las encargadas de llevar la energía desde las subestaciones hasta nuestras hogares. Además, se ocupan del mantenimiento de las infraestructuras y la red a través de la que se transporta la electricidad.

Al contrario que las comercializadoras, las distribuidoras no pueden elegirse por parte del consumidor, sino que nos corresponderá una u otra en función de la zona en la que vivamos. Asimismo, estas empresas son las encargadas de enviar la lectura de los contadores de la luz a las comercializadoras.

Por último, intervienen las comercializadoras, que se encargan de vender la energía al consumidor final y, por tanto, podemos elegir la que prefiramos en función de las ofertas. Además, es la comercializadora quien nos envía la factura que pagamos cada mes.

Cabe señalar que podemos contratar la luz a través de dos mercados diferentes: el mercado libre, en el que cada comercializadora establece sus precios, y el mercado regulado, en el que la tarifa viene fijada por el Gobierno. 

REALIZADO POR AML
Este contenido ha sido elaborado por Aragón Media Lab, unidad Branded Content de Henneo.