La investigación, el desarrollo y la innovación forman ya parte indispensable de numerosos sectores profesionales. Uno de los que más los ha impulsado en los últimos años ha sido el agrícola, que cuenta con cada vez más proyectos que tienen en cuenta estos conceptos y que incluyen temas como la inteligencia artificial, el análisis de los datos, la sostenibilidad o los gemelos digitales, entre otras cuestiones.

El fin último de buena parte de estas iniciativas es incrementar el rendimiento de los cultivos optimizando los recursos disponibles. Y este es precisamente el objetivo principal de diversos proyectos en los que participa el Clúster Aragonés de los Medios de Producción Agrícolas y Ganaderos (Campag), que además persiguen la economía circular a través de la valorización de subproductos y buscan la mejora de cultivos y nuevos productos alimentarios para el sector animal.

Laura Uranga

Uno de ellos es Circoleo, iniciativa coordinada por el clúster y que se centra en la actividad oleícola. En ella participan también Arvensis agro, Atria Innovation, Sociedad Cooperativa de Borja y la Fundación de Innovación y Transferencia Agroalimentaria de Aragón (FITA), que buscan mejorar los cultivos y la producción mediante compuestos procedentes de residuos oleícolas. Aprobado en el Programa de Desarrollo Rural (PDR) del Gobierno de Aragón, está referenciado por el código GCP 20022003100.

Extraer sustancias de alto valor añadido (bioestimulantes y ácidos húmicos o fúlvicos) a partir del residuo (alperujo de almazara); preparar las sustancias extraídas de la mejor manera para su aplicación en campo de forma foliar o directa a suelo; y comprobar los beneficios de la aplicación sobre los cultivos y la producción en cereal (secanos áridos), viña y olivar son los objetivos principales de esta ambiciosa iniciativa, que también estimará su impacto económico, escalabilidad y replicabilidad.

Desde Campag señalan que, por el momento, se han identificado polifenoles y ácidos fúlvicos. "Nos encontramos en las fases de ensayos tanto en entornos cerrados y controlados (invernaderos) como en el campo. Consideramos oportuno aplicarlo de manera foliar y prevemos que tendrá buenos resultados en plantas de temprana edad", explican desde el clúster. 

Todo ello en un sector, el oleícola, fundamental para la economía aragonesa, que dispone de decenas de miles de hectáreas dedicadas al cultivo del olivo. Una actividad que está recuperando fuerzas tras unas temporadas delicadas marcadas por las heladas, en primer lugar, y después por la sequía y el calor extremo, y que se espera que pueda verse impulsada por iniciativas como Circoleo.

Campag

‘Innovación en la valorización del lactosuero como materia prima’ es el título de otro de los proyectos en los que trabaja Campag, en este caso en su difusión y su promoción. Su nombre es Lactovalor, en él participan además Velaber Consulting, Defeder, Quesos Bal de Broto, UPA Aragón y Fademur y fue aprobado en la convocatoria de Grupos Operativos de la Asociación Europea para la Innovación (AEI), en el marco del Plan Estratégico Nacional de la PAC 2023-2027 para Aragón (su referencia es GOP2023000800).

El lactosuero es el líquido resultante de la coagulación de la leche en el proceso de fabricación del queso, considerado durante mucho tiempo como un subproducto del que debe ocuparse un gestor de residuos. Sin embargo, en los últimos años han surgido iniciativas como Lactovalor, que intentan buscar el camino para convertirlo en un producto generador de oportunidad de negocio para el sector.

Con este espíritu, entre los objetivos generales del proyecto se encuentra la extracción de sustancias de alto valor (fundamentalmente proteínas) a partir del lactosuero para su incorporación en la gama de productos alimenticios y el diseño y la creación de nuevos alimentos desde el lactosuero para su comercialización.

Concretamente, la unión de los diferentes actores que integran la iniciativa trabajará en un desarrollo piloto para convertir el lactosuero en alimentación para mascotas. Por ello, se separarán con diversas membranas de diferente diámetro los distintos elementos de valor y subproductos para caracterizarlos y comprobar sus posibles aprovechamientos.

Asimismo, Lactovalor también busca la revalorización de las aguas residuales del proceso de producción de queso, convirtiendo el residuo final en un recurso, y el desarrollo de las tecnologías necesarias tanto para los procesos de tratamiento de lactosuero como para la inclusión de compuestos como suplementos en alimentos. Asimismo, se estimará igualmente el impacto económico, la escalabilidad y la replicabilidad del proyecto.

Cabe subrayar que ambos proyectos comparten en su ADN la valorización de residuos, tanto para su reincorporación a las cadenas productivas como para la atracción de nuevos productos de alimentación animal. Una seña de identidad que tiene que ver con la economía circular, concepto cada vez más presente en el mundo agrícola y fundamental para la supervivencia del planeta.