Por
  • Ricardo Díez Pellejero

Los chicos de Sorli

Amadeo Sorli realiza un lanzamiento durante una jugada del partido.
Amadeo Sorli 
Aránzazu Navarro

Hay veces que la vida te hace testigo de episodios pequeños, insignificantes, pero que son botón de muestra de esa generosidad que da valor a la vida en común, que muestran la entrega por lo que nos apasiona y que adornan o, mejor dicho, engrandecen nuestro paso por este valle de lágrimas. Les cuento:

En 2017 Amadeo Sorli, ―quien fuera extremo izquierdo del Garbel Zaragoza y luego del Balonmano Aragón, decidió ampliar su experiencia con este deporte para aguerridos atletas entrenando a unos ‘locos bajitos’ de tan solo 7 años, llenos de energía, cuyos padres querían que practicaran un deporte colectivo alejado del fútbol y sus excesos. Aquel grupo de párvulos, que aún tenía dificultad para llevar la cuenta de los pasos, fue creciendo tanto en la evidente proporción física como en habilidades deportivas y, corrido el tiempo, todos los jugadores en bloque― pasaron a formar parte de la cantera de La Jota.

Amadeo,―que con su cariño delicadísimo, eterna calma e infinita paciencia más parecía su madre que su instructor, adoptó a un joven Padawan al que ayudar a formarse y quien le asistió en la tarea de mantener a aquellos chotillos dentro del redil de la pista. Juan Sánchez,―que se sacrificó tantos fines de semana, pronto pasó a primer entrenador cuando Sorli no pudo compaginar más este esfuerzo con sus otras responsabilidades con la sección femenina de La Jota. Comenzó a trabajar y a tener dificultades para cuadrar sus entrenamientos con el horario laboral y la historia se habría terminado si, con heroica madurez, no se hubiese entregado con mayor devoción aún a la tarea y aquellos chicos pasaron a ser por derecho los chicos de Juan (y de Eva).

Habrá mil historias cotidianas como esta, como la de Juan y Jesús, ambos padres y exjugadores que han entregado su tiempo para transmitir su saber a los muchachos, pero esta historia es la del Clínica Dental AG La Jota, que ha llegado a la final del campeonato escolar de Aragón en la categoría infantil masculino, algo que no pasaba desde hace décadas, algo que no tiene ninguna importancia, si no ponemos en valor el crecer como equipo y el sostenernos hombro con hombro.

Ricardo Díez Pellejero es ingeniero y poeta

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