Sin cultura y esfuerzo educativo para poner en valor la poesía como arte y como medio de conocimiento y comunicación, daremos la razón a quienes, desde la ignorancia, se han creído a pies juntillas el mercantilismo y alimentan la campaña de desprestigio de las humanidades. 

Mientras tanto, la filología y la filosofía han adquirido el más destacado papel desde hace décadas, como prueba la necesaria educación de las IA, y los versos, buenos o malos, insuflan las redes sociales con su viejo hálito. Para imitar o parafrasear, se vuelve a los referentes, así que corren buenos tiempos para la lírica.

En una conferencia de 1928, afirmó Federico García Lorca que la poesía no quiere adeptos, sino amantes. Este es el lema de una de las editoriales más afianzadas del panorama poético actual, que cumple ahora veinte años en su bravo desempeño: La Bella Varsovia. Durante sus comienzos, mientras grapaba pliegos en las imprentas de Córdoba, su editora hizo caso omiso de quienes le decían que volviera a las librerías cuando dejara de jugar a las casitas. Hoy avala su trayectoria la concesión de varios premios nacionales a nombres jóvenes de su catálogo, junto con el reconocimiento a perfiles consolidados. En su haber, el rescate de mujeres icónicas de los siglos pasados, pero también el descubrimiento de voces emergentes, algún que otro álbum ilustrado, obras reunidas y antologías de poesía. Esta, decía en su conferencia Lorca, "pone ramas de zarzamora y erizos de vidrio para que se hieran por su amor las manos que la buscan". Búsquenla. No se arrepentirán.

Almudena Vidorreta es escritora y profesora

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