Las estrellas brillan más que nunca sobre el Monasterio del Olivar

Está en Estercuel (Teruel) y una de sus propuestas de turismo astronómico acaba de ganar el segundo premio a las Mejores Experiencias Turísticas Aragonesas.

El Monasterio del Olivar, en Estercuel, bajo un manto de estrellas.
El Monasterio del Olivar, en Estercuel, bajo un manto de estrellas.
JC. Peguero

Las estrellas brillan ahora más que nunca sobre el Monasterio de Santa María del Olivar, en Estercuel. Es el único convento masculino de Aragón donde todavía habitan frailes y tiene vida religiosa. Además, por su ubicación en medio de la naturaleza, es un refugio de paz donde muchos encuentran cobijo. Tiene hospedería, donde se alojan visitantes de muchos lugares en busca de descanso y se puede convivir con los religiosos; también es un espacio para prácticas de mindfulness o de yoga; y, sobre todo, destaca por la calidad de su cielo y el turismo astronómico.

La observación de estrellas es, nunca mejor dicho, su actividad estrella. De hecho, una de las propuestas relacionadas con este ámbito acaba de ganar el segundo premio de las Mejores Experiencias Turísticas Aragonesas. Se trata de 'Profundidad Estelar. Una experiencia monástica de astroturismo’, donde el visitante puede disfrutar del firmamento desde el monasterio y pasear sin luces artificiales, ya que son la luna y las estrellas las que iluminan el camino. La experiencia se completa con una sesión de fotografía nocturna acompañada en el exterior, con la posibilidad de hacer fotos también desde la ventana de la habitación.

“Nos presentamos a los premios conscientes de que lo que hacemos es importante y la gente lo disfruta pero no sabíamos medir su valor en relación con lo que hacen los demás". Fray Fernando Ruiz, Superior del convento 

Fray Fernando Ruiz es, además del Superior del convento, uno de los monitores con el título Starlight que conduce estas experiencias. “Nos presentamos a los premios conscientes de que lo que hacemos es importante y la gente lo disfruta pero no sabíamos medir su valor en relación con lo que hacen los demás. Cuando vimos el resto de candidaturas quedamos impresionados por el nivel y que nos hayan dado el segundo premio ha sido un regalo”, asegura. “Nos da visibilidad y cierta confianza en encarar una nueva temporada con proyectos que teníamos en mente, como mejorar la cocina de la hospedería o los telescopios”, añade. Mientras trabajan en ello, ya van notando cómo aumentan las reservas y las visitas a la web.

Cuando el tiempo lo permite, se organizan cenas bajo las estrellas, que hasta ahora solían ser más bien en verano, y también se ofrecen conciertos. La actividad más común es el denominado baño de estrellas, que consiste o bien en un paseo de unas dos horas sin encender luces (siempre que el cielo esté despejado) o en una observación y guía básica. Para grupos de al menos cinco personas se planifican observaciones con telescopio, precedidas de una charla introductoria sobre observación e interpretación de datos.

Este sábado, (G)Astronomía

La próxima cita especial en el Monasterio del Olivar de Estercuel es este mismo sábado, con una cena de estrellas de la mano de Emilio Belenguer y Delia Ariño. “Son de la zona y han asumido la dirección de la cocina del monasterio con el objetivo de ofrecer una comida excepcional para un lugar singular”, explica Fray Fernando. La propuesta de este fin de semana consiste en degustar un menú a base de risotto y bacalao en el refectorio del monasterio. De postre, un cielo repleto de estrellas. “Estas cenas se ofrecían normalmente en verano, al aire libre y a mesa corrida. Ahora, con la pandemia, los comensales se tienen que separar en mesas con cierta distancia y la reserva por teléfono es imprescindible. La idea es organizar cenas durante todo el año, aprovechando la nueva gestión de la cocina”.

El Monasterio del Olivar está a 4 kilómetros de Estercuel.
El Monasterio del Olivar está a 4 kilómetros de Estercuel.
F. R.

La programación de actividades en El Olivar continúa el siguiente fin de semana, del 4 al 6 de febrero, cuando se lanza el primer encuentro del año de ‘Locos por la galaxia’. Es una de sus propuestas principales y consiste en una estancia de fin de semana con pensión completa, incluida la comida del domingo, en la hospedería del monasterio. La actividad central es la observación guiada, acompañada de un chocolate caliente. El precio es de 150 euros por persona en habitación doble o de 170 en una sencilla.

Además de esta oferta de actividades nocturnas, el Monasterio del Olivar también tiene su atractivo durante el día. Las visitas guiadas al cenobio se acaban de retomar y se ofrecen los fines de semana. Las conduce una guía, licenciada en Historia del Arte, gracias a cuyas explicaciones el visitante no perderá detalle de lo que ve ante sus ojos. Es una visita completa, con acceso a lugares a los que no se puede entrar si no es acompañado, y es obligatorio reservar plaza llamando por teléfono. En cualquier caso, entre semana, las puertas del monasterio están siempre abiertas. De 9.00 a 13.00 y de 15.00 a 19.00 cualquiera que pase por allí será bien recibido por la comunidad de frailes que viven en él.

Una comunidad activa de cinco frailes

Situado a cuatro kilómetros de Estercuel y a 20 de Oliete, el Monasterio del Olivar está rodeado de pinares y es un oasis de paz donde muchos encuentran espacio para el descanso, el retiro o el estudio. El complejo consta de dos partes bien diferenciadas: la Iglesia, construida en el siglo XVI, de estilo gótico aragonés; y el convento propiamente dicho, de inicios del XVII. El ábside es la parte más antigua de la iglesia y en su construcción se utilizó el ladrillo mudéjar, estilo que se puede apreciar sobre todo en uno de los pasillos que alberga la hospedería del monasterio.

Otros tesoros que guarda el monasterio son el armario de la Sacristía, de principios del siglo XVII, labrado en madera de nogal y con un interior decorado pintado en yeso; una amplia colección de retratos de frailes mercedarios obra de Nati Cañada; o la imagen de la Virgen del Olivar que preside el templo, de Pablo Serrano.

Toda esta actividad divulgativa y turística se complementa a la perfección con la vida religiosa en el monasterio. En él habitan cinco frailes de la orden de la Merced, una comunidad activa en cuya rutina diaria tiene cabida tanto la oración como las tareas cotidianas, que van desde trabajos administrativos, hasta labores en el huerto que ellos mismos cultivan. “Estamos muy contentos con la última cosecha de olivas y en breve sacaremos ya los calçots y empezaremos a preparar el campo para la próxima temporada”, explica Fray Fernando.

La jornada en el monasterio arranca con la liturgia de las 7.45 y la posterior misa, a la que cualquier persona puede asistir. A las 9.00 toman el desayuno y hasta la hora de comer los frailes desempeñan sus tareas. Después de la comida siempre se reservan un rato para poder conversar entre ellos y también con los huéspedes alojados en la hospedería. En invierno la cena se sirve pronto, sobre las ocho, y antes de acostarse cada uno dedica un rato a sus lecturas y reflexiones en privado.

La cobertura de móvil escasea y el estado de las carreteras que conducen hasta el monasterio deja bastante que desear. Es la parte más cruda de encontrarse en un lugar aislado, sobre todo para quienes viven allí. En cambio, los que llegan en busca de desconexión, en El Olivar de Estercuel lo tienen muy fácil.

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