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Cartas al director de HERALDO: El precio de traspasar los límites de la libertad

El precio de traspasar los límites de la libertad
El precio de traspasar los límites de la libertad
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El precio de traspasar los límites de la libertad

Estamos pagando un precio muy alto por haber distorsionado el concepto de libertad. Algunos problemas, como la falta de profesionales y el aumento de líderes con ideología represora, lo avalan. 

Mi larga trayectoria como docente de instituto me permite reflexionar acerca de las razones que pueden tener los jóvenes de hoy para rechazar ciertos puestos de trabajo y algunos ciudadanos para sentirse atraídos por la extrema derecha. Para averiguar cuándo comenzaron las posibles causas hay que remontarse a esos años previos a la crisis del 2008. Los actuales buscadores de empleo se formaron en una época destacada por el incremento del poder adquisitivo y adquirieron unos valores inculcados por una sociedad muy exigente, ajena a cualquier incomodidad y obligación. Impartía docencia en un centro con un modelo de gestión que, disfrazado del término ‘calidad’ y quizás válido en otros ámbitos, socavó los cimientos del sentido común. Ya no había que educar a los alumnos, sino satisfacerlos. Se negaban el esfuerzo, la frustración y la autoridad, lo que originó adolescentes sobreprotegidos, inmaduros e indisciplinados, una realidad que sigue vigente. Escasean trabajadores porque no se adaptan. Aparecen partidos políticos neofascistas que suprimen derechos porque se desprecian las normas y los deberes. Muy instructiva es la parábola de Chuang Tzu en la que un hombre, disgustado por su sombra y sus pisadas, decidió librarse de ellas huyendo. Al no lograrlo, aceleró el ritmo y, finalmente, agotado por la lucha, cayó muerto.

María Pilar Ciprés Domínguez. ZARAGOZA

El ombligo de sus señorías

El fotoperiodista Gervasio Sánchez, premio Nacional de Fotografía, se lamentaba de que en su exposición ‘Vidas minadas. 25 años’, a la cual invitó a los miembros del Congreso, ningún congresista hubiera acudido. Esto me ha recordado que hace unos meses escribí al correo oficial de unos 50 miembros del Congreso, de todos los grupos parlamentarios, con un problema que aqueja a las familias de los discapacitados. Tampoco recibí respuesta de ninguno. Por lo que veo que el comportamiento de sus señorías de estar instalados en su torre de marfil y mirarse al ombligo es tónica general y no depende de quien les interpele. Debe ser que tienen en mente la frase "todos somos iguales". Iguales para ningunearnos, claro.

Manuel Vargas Ramírez. ZARAGOZA

Seis latas de aluminio

En el barrio de Torrero de Zaragoza, junto a la plaza de las Canteras, hay un banco, situado frente a una tienda muy visitada, que tiene a su espalda tres contenedores de reciclaje. Una tarde de sábado un grupo de personas se sientan en ese banco y dejan la zona llena de cáscaras de pipas y seis latas de aluminio de refrescos. A primera hora de la mañana del domingo, el operario de FCC que limpia la zona llega y barre las pipas y las latas, y vierte todo en su carrito, con el resto de basura no reciclable. Que haya seis latas de aluminio y al lado un contenedor amarillo para depositarlas le importa lo mismo que a los ciudadanos que la tarde anterior han demostrado su incivismo. Viendo cómo FCC forma a sus trabajadores, en la línea en que ese Ayuntamiento trabaja, me pregunto si tiene sentido seguir reciclando o es mejor dejar de preocuparme y tirar todo al cubo de la basura. El Ayuntamiento sigue trabajando para que esta Inmortal Ciudad mantenga un nivel de desidia inaceptable. Da igual la lamentable situación del arbolado o que aceras recién inauguradas (calles de Cuarte y Alicante) tengan sus baldosas sueltas. Me temo que la nueva Romareda nunca va a ser el bálsamo de Fierabrás, en el que confiaba Don Quijote, y en ningún caso mejorará ese nivel de desidia. Da igual PSOE, ZEC o PP, las personas responsables de esa situación siempre son las mismas, y la cutrez sigue ahí.

Julio Giménez Larraga. ZARAGOZA

La guitarra del abuelo

En la familia se celebraba el 25 aniversario de la boda de mis padres. Éramos familia numerosa, pero siempre había puesto en la mesa para los abuelos paternos, los maternos ya no vivían. Mi abuelo presumía de cantar y de tocar la guitarra. En el pueblo que le vio nacer, la organización de fiestas siempre contaba en su juventud con él, le llamaban Antón Militón. Nos tenía intrigados porque nunca le habíamos oído cantar ni tocar. Siempre vestía igual, en el pueblo que en la ciudad. Zapatilllas de esparto negras atadas al tobillo, pantalones de pana gris sujetos con tirantes, camisa de paño de algodón a cuadros y una boina que sólo se quitaba para dormir. Era de baja estatura y rechoncho. Su vida se había dedicado al campo. Terminada la comida familiar, pidió la guitarra anunciando que nos iba a dar un concierto. Con la guitarra en la mano se retiró muy solemne a una esquina del salón y se sentó. Inició el supuesto concierto. Le miramos con admiración. Dio los primeros acordes de una canción tradicional de su pueblo hinchando exageradamente los mofletes. Pero se paró en seco para tocar las clavijas de la guitarra. Muy serio, nos anunció que tenía que templar la guitarra. El tiempo pasaba afinándola. Empezamos a incomodarnos. Él seguía templando la guitarra. Cansado, le dijo al nieto que esa guitarra no funcionaba y que se la llevara. El nieto, perplejo, se la llevó. Nunca escuchamos a mi abuelo cantar ni tocar la guitarra.

Pilar Valero Capilla. ZARAGOZA

El desafío de Sánchez

Pedro Sánchez anuncia que va a meditar su dimisión como presidente del Gobierno debido a los asuntos de su mujer. Un galimatías, un ‘sálvame’, ‘salsa rosa’ y demás por cuestiones de la vida personal de la esposa de Sánchez. Sánchez ha sacado a refrendo popular (‘a contrario sensu’) el cumplimiento de una responsabilidad depositada por todos sus votantes a la espera de un voto de confianza ciudadano que no le quiere otorgar la Cámara. Al darse un plazo (o darnos) para su decisión adopta la misma estrategia de Pablo Iglesias cuando el tema del chaletazo, poniendo en consideración una situación personal y vinculando una decisión política a un responda A o responda B en Twitter. Recuerdo claramente a John Wayne en las películas del oeste que protagonizaba, cómo advertía a sus rivales de que si sacaban el revólver de su funda fuera para disparar. Quizás Sánchez haya sacado un revólver que esté vacío de balas.

Juan Carlos Valmaña Fortea. TERUEL

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas. cartas@heraldo.es

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