Redactor de HERALDO DE ARAGÓN en la sección de Deportes

La vida y las palabras

La vida y las palabras
La vida y las palabras
Pixabay

El precio aún está en pesetas. En la primera página del libro, en la esquina superior derecha, pone 700, escrito a mano y a lápiz. Eso serían unos 4,3 euros, pero –claro– súmenle la inflación de los últimos treinta o cuarenta años… 

Hablo de uno de los libros que más me ‘tocaron’ en mi adolescencia y que desempolvé ayer con motivo del día mundial de la poesía. Fueron unos cuantos autores a los que devolví a la primera línea de fuego de la estantería: desde Ana María Navales a Sylvia Plath, desde Cristian Alcaraz a Ana Muñoz, desde Leopoldo María Panero a San Juan de la Cruz...

Soy uno de esos tipos inseguros y obsesivos, que exigen que el mundo esté a la altura de sus expectativas o, de lo contrario, corren el riesgo de que se les rompa el corazón en mil pedazos. A menudo el ‘casus belli’ es el más absurdo, el motivo que da pie a la crisis es una tontada de mayor rango, pero en todos esos casos la poesía siempre me ha ayudado en la ingente e infinita labor de recoger los trozos de corazón desperdigados.

Me consta que Antón Castro ha estado recopilando reflexiones de poetas acerca de qué se celebra en este día mundial, acerca de por qué se escribe y, también, sobre qué necesidad hay de sacar a la luz tanta intimidad y, por lo general, tanta miseria.

Unos hablan de la salud del alma, otros de la potencia creadora de la palabra, muchos recurren (recurrimos) a la metáfora de exorcizar fantasmas interiores… Imagino que la poesía es algo intrínsecamente humano e, incluso, inevitablemente humano. Por eso, las tan traídas y llevadas inteligencias artificiales, que nada han vivido y nada saben de alegría o de fracaso, pueden imitarla pero son incapaces de emocionar. 

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Christian Peribáñez en HERALDO)

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