De entre los muertos
El bipartidismo en España es un muerto que goza de buena salud. Lo afirman los sondeos. Y es extraño porque, como decía Rubalcaba, «en España se entierra muy bien». Ahí tenemos, por ejemplo, a Pablo Iglesias e Irene Montero, que están cogiendo un color macilento muy sospechoso. Hace cuatro días, como quien dice, estaban a punto de asaltar los cielos y ahora habitan en el limbo junto a Albert Rivera y Pablo Casado.
Otros a los que también se les ha puesto un color cerúleo son Ione Belarra, Macarena Olona o Gabriel Rufián. Vistos de lejos, ya recuerdan a las figuras de los museos de cera.
De cualquier modo, no conviene precipitarse y dar por hecha una defunción antes de que el cuerpo presente evidentes síntomas de descomposición. Quienes anteayer veían a Pedro Sánchez como un cadáver exquisito han descubierto de repente que no estaba muerto, sino que andaba de parranda (como en la canción). ¿Será este hombre como el Cid Campeador, que ganaba batallas aun después de fallecer? Por ahora, al menos, habría que darle como ganador de la última edición de ‘Supervivientes’.
El líder del PSOE lleva unas semanas hiperactivo. Agota solo el verlo de televisión en televisión. Quizás le ocurre como al escritor Nikolái Gógol, al que le daba tanto pavor la posibilidad de ser enterrado vivo por accidente que se negaba a acostarse. La verdad es que, con permiso de Hitchcock, parece resucitado de entre los muertos. Ha resistido a Susana Díaz, Rajoy, Rivera, Iglesias y Casado. ¡A ver si va poder incluso con Putin!