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Cartas al director de HERALDO: Pensar, existir, actuar, hablar

Pensar, existir, actuar, hablar.
Pensar, existir, actuar, hablar.
Pixabay

Pensar, existir, actuar, hablar

René Descartes dijo: "Pienso, luego existo". El filósofo francés quedaría hoy atónito (o quizá no) al ver cómo ha evolucionado la sociedad ultracomunicada en la que vivimos. 

Una empresa de telecomunicaciones lanza un eslogan: "Pienso, luego actúo". Hablar es una forma de actuar, por lo que del ministro Garzón bien podríamos decir que "habla sin pensar", mientras que al resto de la política nacional podríamos definirla como "actúo y no pienso". En nuestro mundo covid hay personajes muy interesantes que sientan cátedra sobre el tema de las vacunas sin tener ninguna formación sobre el asunto; o incluso, sin tener ninguna formación en nada: actúan y hablan sin pensar, porque no pueden. Cataluña se arroga todo el protagonismo en la candidatura de los Juegos de Invierno de 2030 ninguneando a Aragón, y uno se pregunta ante su actuación: ¿en qué piensan? El paro es muy alto y muchos jóvenes (y no tan jóvenes) cuando les llega una oferta de empleo, por muy mala que sea, la aceptan sin pensar, porque el hambre sí que existe. Ya hay mundos virtuales en los que personas de toda índole, que en realidad son avatares, o sea, programas informáticos, piensan y hablan mucho, aunque, en realidad, no existen. En las televisiones se emiten programas del corazón en los que un grupo reducido de personas piensan mucho para que otro grupo no tenga que hacerlo y hablen sin parar, mientras las mentes de los espectadores se van vaciando hasta dejar de existir. En el panorama internacional las cosas se ponen feas con el lío de Ucrania; EE. UU. y sus aliados le dicen a Rusia: "Piénsatelo antes de actuar", mientras que Putin les responde: "Si actuáis no me lo pensaré". Ante todo esto, sospecho que buena parte de los que dirigen el mundo, que sí que existen, cada vez hablan más, actúan más y piensan menos.

Mariano Domingo. ZARAGOZA

Sea verdad o mentira

Si uno lee los artículos que escriben los políticos y escucha sus intervenciones en los parlamentos, ayuntamientos, diputaciones y comarcas, la imagen que nos transmiten es que estamos gobernados por lo peor de cada casa. Si escuchamos a los cargos del PP, los dirigentes del PSOE son una panda de delincuentes que derrochan el dinero público, pactan con terroristas, no cumplen sus promesas y hacen todo lo posible por hundir la marca España. Para los socialistas, los populares son los herederos del franquismo que quieren desmantelar el Estado del bienestar, privatizar todo lo público, cargarse las pensiones y, cómo no, ser corruptos, corruptos, corruptos. Supongamos que, cuando dicen esas cosas tan negativas los unos de los otros, mienten. Se lo inventan para perjudicar al adversario. Si es así, no se merecen el puesto que tienen, por haberlo conseguido con malas artes. Ahora supongamos que todo lo que dicen el uno del otro es verdad. Entonces, los ciudadanos estaríamos en manos de delincuentes y «mala gente que camina y va apestando la tierra», como dejó escrito Machado. En definitiva, mientan o digan la verdad no se merecen representar a los ciudadanos. Si mienten, porque no podemos tener a mentirosos ejerciendo el poder. Y si dicen la verdad, porque en manos de gente tan nefasta no se puede dejar el destino de nuestro país. De aquí a las próximas elecciones, les propongo que apunten los nombres de los políticos que llenen de elogios a sus colegas de otro partido. No es necesario que el cuaderno sea de muchas hojas. De hecho, ni siquiera es necesario un cuaderno. Con la mitad de la mitad de una cuartilla será suficiente.

Evaristo Torres Olivas. VILLARQUEMADO (TERUEL)

Otro menosprecio

Leo el enésimo despreció que el presidente de la Generalidad de Cataluña hace al pueblo aragonés manteniendo que las Olimpiadas las organiza Cataluña sí o sí, admitiéndonos únicamente como comparsas. También leo que el PP, en boca de Jorge Azcón, critica a Lambán por haber anulado la reunión con Pedro Aragonès porque se veía venir que nos iba a menospreciar de nuevo. Creo que en este caso nuestro alcalde se equivoca. Debería apoyar al presidente de la DGA en un frente unido contra los continuos menosprecios que nos llegan de nuestros vecinos catalanes. No es momento de intentar conseguir un rédito político y sí de presentar una Comunidad unida. El premio de unas Olimpiadas se ha de conseguir trabajando juntos, DGA y alcaldía de Zaragoza. Nos merecemos unos Juegos Olímpicos en Aragón.

Alberto Solanas Val. ZARAGOZA

Estufas de butano

Muchas terrazas de bares y restaurantes disponen de estufas de butano, energía no renovable. Quiero recordar a los hosteleros que el artículo 12 de la Ordenanza de terrazas y veladores de Zaragoza dispone: «Únicamente se permite la colocación de calefactores eléctricos o de los que funcionan utilizando como fuente de energía pellets, biocombustibles u otras formas de energía alternativas y renovables». Es decir que no están cumpliendo la ley. Y a nuestro Ayuntamiento, que está dejando de lado sus funciones de vigilancia. Entre ambos están contribuyendo a aumentar la emergencia climática.

Manuel Vargas Ramírez. ZARAGOZA

Ecologismo y economía

El equilibrio es casi siempre equidad, serenidad y reparto de justicia social. Cuando un país es dependiente de bienes básicos, no está de más dejar de lado ideologías y radicalismos y realizar un ejercicio de tolerancia, aunque a veces levante alguna ampolla en nuestras convicciones. España es un país con grandes dependencias: energética, escasez de agua, limpieza de bosques y lechos de grandes ríos, productos básicos cuya fabricación hemos delegado en otros países, turismo masivo, etc. Estas dependencias no han sido provocadas solamente por condicionamientos relacionados con la ecología, pero en alguno de ellos nos hemos pasado de frenada. Al no disponer de suficientes recursos energéticos, hay que volver la vista hacia las centrales nucleares, impulsar los ‘huertos solares’, promover la energía eólica y recuperar en lo posible algunas de las pequeñas centrales hidroeléctricas. De los demás temas, solo unas reseñas. Los desbordamientos de ríos (Ebro y otros) cuestan cientos de millones todos los años por culpa de la masa vegetal de sus cauces, que no se limpian; escasez de productos básicos (papel, textil básico,test sanitarios, etc.) que pueden producirse en el país. Por último, nuestra dependencia del turismo, debida a la desindustrialización sistemática de España, hace que se degraden aguas y mares. Pero de eso comemos. Lo dicho, ecologismo sí; trabajo, salud y bienestar económico también. Como dijo un torero famoso, más cornadas da el hambre.

Gregorio Vergara García. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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