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José Antonio Marina: "Hay que entrenar la memoria todo el tiempo. Es fuente de salud y curiosidad”

El profesor, ensayista y filósofo presentó en 'Los Martes de Libros' de la Fundación Ibercaja su libro: 'Historia universal de las soluciones' (Ariel)

José Antonio Marina, poco antes de iniciar el diálogo sobre las soluciones, la política, la horticultura y la memoria.
José Antonio Marina, poco antes de iniciar el diálogo sobre las soluciones, la política, la horticultura y la memoria.
HA.

José Antonio Marina (Toledo, 1939) protagonizó una nueva edición de ‘Los martes de libros’, que organiza la Fundación Ibercaja, en este caso en torno a la publicación de su libro ‘Historia universal de las soluciones. En busca del talento político’ (Ariel), que define como “un libro sobre política, pero no sobre esa política agitada que lucha por el poder, sino sobre la Gran Política, empeñada en la felicidad de esos seres vulnerables y agresivos, admirables y peligrosos, que constituimos la especie humana”.

El volumen, que recoge algunas de sus obsesiones -las humanidades, la educación, la filosofía, la imaginación creadora; analiza algunos procesos de García Márquez, Paul Valéry y Picasso, entre otros-, tiene una fuente o un antecedente remoto: de joven oyó comentar a un famoso empresario esta frase: “He pasado hoy una mañana espléndida. He resuelto un montón de problemas”. Y se le quedó ahí, muy adentro.

En un tiempo de encrucijada, convulso, en el que hasta los jóvenes o algunos jóvenes (según algunas encuestas, recordó) “restan importancia a la democracia”, le pareció muy oportuno ofrecer “soluciones políticas”, que “son las que resuelven problemas de los humanos que viven la polis (‘ciudad’) y quieren ser felices en ella. (...) Es lo que preocupaba también a Aristóteles. Para él, la política era la encargada de cultivar la felicidad del ciudadano”, asunto que desarrolló en la charla y que le permitió analizar la política española, los cinco días de paréntesis del presidente Pedro Sánchez y el anuncio de su continuidad.

Matizó que su decisión no era algo contra el Partido Popular sino un órdago a su propio partido y a la vez una jugada de póker: el presidente buscaba la autoafirmación del personaje político y logró, al menos en apariencia, algunas cosas: la unidad de los socialistas, la expectación de todo el país, el desconcierto de sus socios de gobierno, “a la vicepresidenta Yolanda Díaz no le gustó la jugada”, y el enojo de la oposición.

José Antonio Marina recordó con inmenso cariño al dibujante y humortista turolense Antonio Mingote.
José Antonio Marina recordó con inmenso cariño al dibujante y humortista turolense Antonio Mingote durante casi hora y media de diálogo con el autor del texto.
Olvier Duch.

Esa meditación le permitió reflexionar sobre un problema nacional, dice en su libro que en la actualidad parece que “la comunicación no es posible”, elogió la gran aventura de Transición democrática, donde había voluntad de entendimiento y tolerancia, e hizo un viaje crítico por el siglo XIX español, lleno de enconos, guerras civiles y rarezas, como la de buscar en Italia a un personaje tan pintoresco como Amadeo de Saboya. Recordó que una de las claves no es generar conflictos, sino transformarlos en problemas y aplicarles una solución sensata, imaginativa, que muchas veces figura en las lecciones de la historia. En el libro afirma: “Tomarse la política en serio es recuperar ‘el hilo de oro’ de la humanidad”. Y también sostiene, más en serio que en broma, la necesidad de que existan Escuelas de Talento Político.

Mayte Ciriza presentó al filósofo, escritor y pedagogo, y dijo que también admiraba de él su pasión por las flores y la horticultura. Hizo un recorrido por la historia del mundo a través las plantas, las flores y los árboles. José Antonio Marina explicó que esa pasión tiene una anécdota curiosa: lleva años intentando patentar una variedad de col lombarda pero que no lo consigue, entre otras cosas, porque logra estabilizar su color ni todas sus características. “no es broma”, dijo, y recordó que durante muchos años en sus clases les leía a sus alumnos el poema de Pablo Neruda, ‘Oda a la alcachofa’, que comienza “La alcachofa / de tierno corazón / se vistió de guerrero”, algunos no entendían esa condición a la que alude el Nobel chileno, porque “solo habían visto y comido alcachofas de lata”. Ya de paso dijo que sí es cierto que se ve un regreso al campo y una proliferación de libros sobre la naturaleza, pero cree que, aunque las ciudades son cada vez más inhabitables y ruidosas, “es más bien pasajero y de boquilla”. 

También subrayó que las ideas o las opiniones no son necesariamente respetables, sí lo son los seres humanos. Abordó algunas paradojas de la democracia en Estados Unidos y Europa, a través de las figuras de Donald Trump y Winston Churchill y su sucesor inesperado Anthony Eden, y dijo que estaba trabajando en un libro, “una investigación de carácter neurológica que espero presentar aquí el año que viene, donde busco una Vacuna contra la Estupidez Humana. El público, muy numeroso, sonrió.

“Mingote era un personaje formidable, increíble, trabajó hasta el final. Colaboramos en una ‘Historia de la pintura’. Le pedí que hiciera un dibujo de Miguel Ángel pintan do la Capilla Sixtina. Fui a verlo dos días después y me dijo: ‘Qué encargo más difícil me has hecho. He tenido que repetir el dibujo tres veces’. Me impresionó esa ganas de mejorar y su entrega”,

Igual que lo hizo cuando el autor de ‘Ética para náufragos’, ‘Elogio y refutación del ingenio’, ‘El laberinto sentimental’ o ‘La magia de leer’, pongamos por caso, recordó su colaboración con el turolense Antonio Mingote. “Era un personaje formidable, increíble, trabajó hasta el final. Colaboramos en una ‘Historia de la pintura’. Le pedí que hiciera un dibujo de Miguel Ángel pintan do la Capilla Sixtina. Fui a verlo dos días después y me dijo: ‘Qué encargo más difícil me has hecho. He tenido que repetir el dibujo tres veces’. Me impresionó esa ganas de mejorar y su entrega”, decía.

José Antonio Marina reveló su secreto: esa energía indomable y a la vez serena que usa a los 84 años. “Tengo muy buena salud, eso es cierto. Y luego practico el entrenamiento de la memoria. Hay que entrenar la memoria todo el tiempo. Es fuente de salud y curiosidad”, confesó.

José Antonio Marina dijo que es un gran apasionado de las flores y de la horticultura y que está intentando patentar una berza parecia a la col lombarda.
José Antonio Marina dijo que es un gran apasionado de las flores y de la horticultura y que está intentando patentar una berza parecia a la col lombarda.
Olvier Duch.
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