Los tesoros vuelan en la Feria del Libro Viejo y Antiguo de Zaragoza
El escritor Fernando Sanmartín ha leído el pregón y reivindicado el placer de la lectura "para calmar nuestra sed" de conocimiento
La Feria del Libro Viejo y Antiguo de Zaragoza tiene todos los años en sus primeras horas lo que en Estados Unidos llaman 'early bird bargains', los chollos para el pájaro madrugador. Pero hay que descubrirlos y llegar el primero. Cuando el poeta y narrador Fernando Sanmartín aún estaba leyendo su pregón este miércoles en la Biblioteca de Aragón, ya había bibliófilos y coleccionistas revoloteando por la plaza de Aragón esperando que se izaran las persianas de las casetas. Y, cuando despegó la feria, ahí estaban buscando tesoros. Y comprándolos. El primer día es uno de los de mayores ventas, aunque los libreros siempre guardan cajas sin abrir bajo el mostrador y van reponiendo ejemplares. Las sorpresas siempre saltan.
La XVIII edición de la Feria del Libro Viejo y Antiguo de Zaragoza ya ofrece sus tesoros al paseante en la plaza de Aragón. Once librerías de cinco comunidades autónomas participan en esta cita, que se prolonga hasta el 14 de abril y que tiene un horario amplio, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00. Acuden las aragonesas Luces de Bohemia, Libros del Rescate y Prólogo; las valencianas Asilo del Libro, Al Tossal y Ruzafa, la navarra Libros con Historia, la vasca Sekhmet y las madrileñas Ortiz Marcos, García Prieto y Velintonia. Ofrecen desde postales del Real Zaragoza por un euro a libros del siglo XVIII como el 'Compendio de los milagros de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza', publicado por José Félix de Amada en 1796, por 200 (en la caseta de Libros del Rescate). Como tendencia general de los últimos años, predomina cada vez más el libro viejo (más de 40 años) que le va ganando espacio al libro antiguo (más de 100 años de antigüedad) y al coleccionismo en papel.
Novedad es este año la participación de la madrileña Velintonia, toda una referencia en la Cuesta de Moyano de la capital. "Tenía muchas ganas de acudir -señalaba este miércoles su responsable, Javier Molina- porque me hablaban muy bien de esta feria. Es más pequeña que las de Madrid, que tiene 40 casetas, o Salamanca, con 20, pero hay muy buen ambiente. He traído todos los libros que tengo relacionados con Aragón, y también volumenes de cine, historia, algún facsímil...". Tesoros como los famosos volúmenes de la Bibliothèque de la Pléiade o el facsímil de Ediciones Poniente de 1987 de los 'Libros del ajedrez, dados y tablas' de Alfonso X el Sabio, con un precio marcado de 1.000 euros. Puede parecer mucho dinero, pero difícilmente lo encontrará en comercio por menos de 1.500.
"En la Feria del Libro Viejo y Antiguo los lectores buscamos lo inesperado, el descubrimiento, la ganga, el diamante o el texto que nos ayude a salir del laberinto. Cada uno tiene sus intereses personales y en ese lugar, citando a Alberto Manguel, el lector no caza en jaurías", ha señalado en su pregón Fernando Sanmartín. La lectura se ha trasladado a la Biblioteca de Aragón porque se temía la aparición de la lluvia, gran enemigo de toda actividad al aire libre, y en especial de los libros. Al acto acudieron también la consejera de Presidencia, Interior y Cultura, Tomasa Hernández, y el director general de Cultura, Pedro Olloqui. Arrancó el escritor aragonés Fernando Sanmartín con una bella definición: "Un libro puede ser un martini. O un beso, por la noche, antes de que llegue el sueño. También puede ser un taxi que nos lleva a un lugar insospechado. Aunque hay libros, lo sé, que tienen vocación de juez de silla en ese partido de tenis que es la vida, un partido con momentos dulces y difíciles".
Y prácticamente ha terminado afirmando que "la Feria del Libro Viejo y Antiguo es una fiesta que contiene papeles muy diversos. Y digo 'papeles' porque en ella hay libros, sí, pero también revistas, mapas, tebeos, folletos que llegan del pasado, viejas postales o álbumes que nos sorprenden. Se convierte la Feria, en cierto modo, en un lugar donde se propicia el descubrimiento, el reencuentro, la nueva relación con un libro que perteneció a otro y que hace, ahora, feliz al que lo adquiere".
Y sus palabras han sido una premonición. Luis Martínez, que lleva 18 años acudiendo puntual a la cita zaragozana con la librería Ruzafa, destacaba entre sus fondos una primera edición de las 'Nuevas canciones' de Antonio Machado firmada por el poeta, por un precio que se resiste a revelar, junto a la primera edición del primer poemario de Unamuno, el 'Rosario de sonetos líricos' (180).
José Javier García, de la librería García Prieto, otro de los fijos en la cita zaragozana, ha apostado, como lo hizo el año pasado, por los libros de la biblioteca de José Luis García Cerdeño, especializada en masonería, Segunda República y exilio. "Hay folletos muy raros, internos, de las logias", subraya. Y en 'Luces de Bohemia' podemos encontrar un ejemplar de las 'Bellezas del Alto Aragón' de Lucien Briet de 1913, o cinco grabados antiguos de la Torre Nueva, o 'Los exploradores y el Alto Aragón', de José Tello y Pardo (Zaragoza, 1916, 150 euros) o un ejemplar de la 'Descripcion de los Canales Imperial de Aragon, i Real de Tauste...' a cargo del conde de Sástago y que algunos especialistas consideran el libro mejor impreso en España en el siglo XVIII.
Obras que apenas han dejado de ser novedad editorial las hay en varias casetas, pero dominan en Libros del Rescate, donde el lector puede llevarse 'Cómo ser buenos' de Nick Hornby, por ocho euros, pero también bucear en libro viejo y antiguo aragonés, como la primera edición de los 'Refranes, dichos, mazadas... en el Somontano y montaña oscense', de Pedro Arnal Cavero, por 35.
Pablo Parra, responsable de la Librería Prólogo y presidente de Alvada, la Asociación de Librerías de Viejo y Antiguo de Aragón, destaca entre su oferta de este año un amplio conjunto de primeras ediciones de escritores de las generaciones del 98 y del 27. Pero también alguna curiosidad, una 'Comedia nueva. La Fuente de la Gracia, aparición y milagros de Nuestra Señora de la Fuente de Peñarroya', escrita a finales del siglo XVIII por Francisco de la Torre y que identifica con Peñarroya de Tastavins. Con una preciosa encuadernación en pergamino y un precio de 150 euros, seguramente volará pronto. "Para que la feria vaya bien -concluye Parra- solo hace falta que no llueva".
