LITERATURA. OCIO Y CULTURA

Lucía Etxebarria: "Mi psiquiatra me ha salvado la vida"

La escritora valenciana, nacida en 1966, presentó en la FNAC su novela: ‘Selene y los cuatro elementos’, un ‘thriller’ de mafias y trata de mujeres

Lucía Etxebarria presentó en la FNAC su novela 'Selene y los cuatro elementos' con María Frisa, a la que ella publicó hace años.
Lucía Etxebarria presentó en la FNAC su novela 'Selene y los cuatro elementos' con la escritora aragonesa María Frisa, a la que ella publicó hace años.
Toni Galán.

¿Cómo van esos dolores del brazo, de los que se queja a menudo?

Fatal. De hecho iba a hacer las prácticas de la carrera, acabo de cursar Psicología, y he tenido que dejarlas porque me dijo el médico: “O te concentras en esto o te vas a quedar paralizada”. Iba a hacer en las prácticas y el trabajo de fin de grado, y me ha pasado una cosa alucinante: vomitaba todos los días, ya era una parte de mi vida. Y desde que que dije no a las prácticas, por esa recomendación, dejé de hacerlo.

¿Estaba asustada, vamos?

Estaba en pie, como le digo, desde las seis de la mañana para llevar el libro, las prácticas, la carrera, mi madre que tiene alzhéimer, mi hija, que es una adolescente de 18 años, me había vuelto loca. Loca. Hacía jornadas de las seis de la mañana hasta las seis de la tarde, era una especie de huida hacia adelante, un “voy a evadirme de mis problemas metiendo muchas cosas en mi vida”.

Pero al margen del estrés, ¿está serena, está con fuerza?

No, en absoluto. Claro que no. Tengo un psiquiatra. Necesitaba que alguien me dijera: “Uno: no estás loca. Y dos: para”. A veces tienes que oírselo a un profesional porque tú no lo haces. Y digan lo que digan de la Sanidad Pública, es maravillosa. Mi psiquiatra me ha salvado la vida.

¿En qué estado estaba usted para que el psiquiatra le salvase la vida?

Yo tengo un juicio por acoso, llevo tres años de acoso, tengo un informe de de la brigada policial de investigación, otro de la fiscalía. No soy de esas que salen, al grito de “es que me han acosado...”. Lo mío era muy bestia. Muy bestia. Publicaron que me habían condenado por plagio, algo que no ha sucedido jamás. Los tienes que demandar y eso es una pasta. Luego empezaron a manipular las fotos de mi hija a partir de una imagen de mi Instagram...

¿Qué le puede molestar tanto a la gente de Lucía Etxebarria?

No es de Lucía Etxeberría. Mira lo que han hecho con la cantante Chanel, a raíz del Benidorm Fest, que a mí me ha parecido lo más rastrero, miserable y racista. Sé lo que digo: racista. Es decir, el reguetón es una música tan digna como el flamenco. Hay que empezar por ahí, y viene de una tradición afrocaribeña de hace siglos, al menos desde el siglo XVI, y que, con variaciones, hemos oído a Celia Cruz, entre otros. Es muy fácil mover masas, es muy fácil manipularlas con las redes sociales. Y, además, existe la figura de los sicarios tecnológicos. Por 600 euros o menos te pueden arruinar la existencia.

La historia de 'Selene y los cuatro elementos' es un auténtico descenso a los infiernos de la prostitución y el abuso indiscriminado que narra Lucía, a la que vemos en Zaragoza cuando cae la noche.
La historia de 'Selene y los cuatro elementos' es un auténtico descenso a los infiernos de la prostitución y el abuso que narra Lucía Etxebarria, a la que vemos en Zaragoza cuando cae la noche.
Toni Galán.

Usted, que aún es joven...

No siga. Permítame una corrección. Esto es muy importante para mí: yo, Lucía Etxebarria, ya no soy joven. Ahora, casi como insulto, todo es “señora, señora”. Ser una señora es muy difícil porque has tenido que atravesar un mundo muy complicado. La edad y la experiencia son un grado; y la experiencia también es sabiduría. No soy joven. Soy una señora muy orgullosa de serlo.

De acuerdo… Sigo. Esta novela, ‘Selene y los cuatro elementos’, que ha presentado con María Frisa en la FNAC, la publica usted. Con su trayectoria a cuestas, los importantes galardones que ha recibido, tras haber dirigido colecciones, ¿cómo se explica que no le publiquen Destino, Planeta y Espasa, sus editoriales de siempre?

Hay muchas razones, sin duda, pero en mi caso particular, todo partió de que no quise cambiar un final. Entonces, me lo rechazaron, no este libro sino otro anterior que se llama ‘¿Por qué el amor nos duele tanto?’. Y luego, como me habían colocado esta sambenito de plagiadora y tránsfuga, sí, sí, tránsfuga, me fue imposible que me publicaran.

¿Quiere decir que a la ganadora del Planeta, del Nadal y del Primavera la ha despedido su sello Planeta?

Esto no se lo puedo decir. Se lo tiene que preguntar a ellos.

"El verdadero amor es tener a alguien que te importa por encima de ti misma. Y eso exactamente me pasa con mi hija, que también tiene problemas que no puedo ni debo contar aquí"

En cualquier caso, usted ha tenido que crear su propio sello. ¿Tiene la sensación de que la realidad o la industria la han abofeteado sin contemplaciones?

La realidad abofetea a todo el mundo siempre. Pago la luz, pago mis autónomos cuando hay meses que no facturo nada, tengo una madre con alzhéimer. La realidad no me abofetea en el plano literario, me abofetea cada día a los mismos niveles en los que golpea a todo el mundo.

Vayamos con ‘Selene y los cuatro elementos’, cuya primera edición ya se ha agotado.

Es como aquello de los partidos políticos, que tienen una masa cautiva de votantes. Los que llevamos mucho tiempo en esto tenemos una masa cautiva de lectores, y la primera edición se compró íntegramente antes de que llegase a las librerías.

¿De dónde le salen las historias, cuál es su vínculo con la realidad?

Todas las historias que hay ahí dentro son reales. La de los cuatro elementos son historias que conozco de sobra. Es decir, conozco de cerca el mundo de los ‘influencers’, conozco lo del teatro y de las series, el mundo pijo de Madrid. Y en cuanto a la historia de Argentina, la de trata de mujeres, me llegó a través de la hermana de una amiga, que era modelo, cantante y actriz, y de repente la captaron de una forma muy sutil, la pasearon por todo el mundo, moviéndose en jets privados y a la vez vivía en una jaula, de la que podía salir, y si salía la mataban. A partir de esa historia, empiezo a investigar cuestiones de este tipo: tráfico de efedrina, tráfico de menores.

¿Y qué encuentra?

Historias que te dejan boquiabierta. Por ejemplo, la de una madre que va buscando a su hija, que la habían raptado en Argentina y la localiza en un burdel en Burgos, y cuando la encuentro ya se la han llevado. Hace el mismo camino que uno de los personajes, Inés, hace en la novela.

"Cuando el acoso estuvo en su apogeo más virulento, me pasaron por la cabeza ideas suicidas, varias veces, por supuesto, pero pensé en mi hija. Y me alegro de haberlo hecho"

También ha hecho compleja a su protagonista. Selene, la mujer que desaparece, es lesbiana, promiscua, está casada y tiene al menos líos con tres mujeres muy diferentes.

Es sociópata. Entra en ese mundo con catorce o quince años. Hace lo que sea por sobrevivir y por trepar. A ella la han usado y ella usa, y eso es típico en sicarios y prostitutas que entran muy jóvenes. Las prostitutas cuando intentan salir de un problema así, de trata de blancas, no saben moverse sin usar a la gente porque nunca viven relaciones reales. Mi novela apuesta porque pueda cambiar y aborda el problema de la redención. Prefería dar ese mensaje.

Ha recibido amenazas, pero a usted parece que no la calla ni un cañón. ¿Se arrepiente de algo?

A veces creo que debía estar algo más callada y le hubiera ahorrado sustos y angustias a mi hija, a mi madre, a la gente que me quiere. Y, por supuesto, a mí misma. Cuando el acoso estuvo en su apogeo más virulento, me pasaron por la cabeza ideas suicidas, varias veces, por supuesto, pero pensé en mi hija. Y me alegro de haberlo hecho. El verdadero amor es tener a alguien que te importa por encima de ti misma. Y eso exactamente me pasa con mi hija, que también tiene problemas que no puedo ni debo contar aquí.

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