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Análisis del Kobold VR300: un robot aspirador todoterreno y un poco bastote
Este modelo tiene unas ruedas potentes que le permiten sortear obstáculos, pero a veces es algo brusco.
En el mercado hay un buen número de robots dispuestos a limpiar nuestro hogar y diferenciar las cualidades y defectos de cada uno de ellos puede resultar un quebradero de cabeza. El Kobold VR300 del fabricante alemán Vorwerk es uno de los más potentes y eficaces que hemos probado, pero es también bastante brusco y sufre al medirse con los típicos enemigos de este tipo de ‘gadgets’: cables, básculas, muebles bajos y escalones.
Para guiarse a través del hogar, Kobold utiliza un sensor láser que le permite generar un completo mapa de la casa. A través de la aplicación, el usuario puede dividir en habitaciones el mapa e incluir zonas por las que no quiere que el robot limpie. Esta misma aplicación móvil permite programar la limpieza a una hora y en unos días determinados, consultar las estadísticas de limpieza, realizar limpiezas puntuales de 2 o 4 metros cuadrados y controlar el robot manualmente.
Además del láser, el Kobold VR300 cuenta con sensores de proximidad y amortiguadores que le previenen de caídas y choques, sin embargo, en nuestras pruebas, el robot se ha caído por un escalón de unos 7 centímetros de alto –sin hacerse ningún daño gracias a la amortiguación de sus ruedas– y ha llegado a arrastrar y tirar alguna silla no muy pesada.
Entre sus virtudes está que este Kobold VR300 no es muy alto (9 cm) lo que le permite meterse por mueble más bajos que muchos de sus competidores, pero también corre el riesgo de sufrir algún roce o quedar atascado si el espacio es muy ajustado.
La potencia de aspiración de 1.800 revoluciones por minuto y el modo Eco, más silencioso y eficiente, lo hacen ideal para casi cualquier circunstancia.
