Puigdemont eleva su amenaza a Sánchez de que le dejará caer sin pacto fiscal con Cataluña

El líder de Junts exige que la Generalitat disponga del 100% de los recaudado en la comunidad autónoma

El candidato de JxCat a la presidencia de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante el acto que ha celebrado este viernes en Argelès (Francia)
El candidato de JxCat a la presidencia de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante el acto que ha celebrado este viernes en Argelès (Francia)
David Borrat

Carles Puigdemont redobló este viernes sus amenazas contra Pedro Sánchez y aseguró que si el Gobierno central no cede el 100% de los tributos que recauda en Cataluña a la Generalitat no habrá Presupuestos Generales del Estado, lo que equivale a un adelanto de las elecciones generales.

El líder de Junts recuperó el 'España nos roba' para denunciar que, siempre según sus cálculos, cada año 22.000 millones que salen del bolsillo de los catalanes se gastan en el resto de España. Muy especialmente se refirió a "la Comunidad de Madrid de la señora Ayuso, a la que Cataluña le paga su presupuesto para que ella después presuma de bajar los impuestos", denunció desde su cuartel general en la localidad del sur de Francia de Argelès-Sur-Mer. No obstante el propio ex president de la Generalitat se sumó acto seguido al carro de la rebaja de la fiscalidad que abanderan a capa y espada el PP e Isabel Díaz Ayuso al asegurar que en sus 100 primeros días de Gobierno reducirá unos tributos y eliminará otros, eso sí, sin aclarar cuáles serían.

"Cataluña es un país rico de gente empobrecida", continuó Puigdemont, quien también reclamó el control de todas las infraestructuras, incluidos el aeropuerto de El Prat y el puerto de Barcelona. Durante el 'procés' una de las obsesiones de la Generalitat era hacerse con el control de estas dos grandes infraestructuras nada más proclamarse la independencia, que son competencia del Estado y están custodiadas por la Guardia Civil.

Una vez superada la confusión por el amago de dimisión de Pedro Sánchez, la campaña catalana encara su última semana antes de los comicios centrada de nuevo en la política interna. Y aquí la fiscalidad es un tema central en el que cada partido lleva en sus programas electorales propuestas enfrentadas. Si Puigdemont exige una cesión absoluta de los impuestos sin devolución alguna como primer paso a un nuevo proceso para la independencia, Aragonés apuesta por un régimen similar al concierto vasco y navarro por el que estos gobiernos recaudan todos los tributos pero luego ceden una parte del total al Estado. Este mismo modelo que ahora reclama el líder de ERC fue rechazado por Jordi Pujol para Cataluña durante la transición.

El PSC aboga por un consorcio tributario que está previsto en el Estatut de 2006 y que consiste en la creación de un órgano compartido por el Gobierno central y la Generalitat para que la Agencia Tributaria de Cataluña recaude y gestione todos los impuestos, pero siempre bajo supervisión de Madrid. Hasta el PP por boca de su candidato Alejandro Fernández se abre a revisar el sistema fiscal, eso sí, siempre que el independentismo desista de la secesión.

Illa rectifica y rechaza a Junts

Salvador Illa se desdijo tan solo 24 horas después de sus palabras y este viernes aseguró que no pactará con Junts tras las elecciones del 12 de mayo. "Ellos mismos se autoexcluyen, porque su lógica es la lógica de la década perdida y mi lógica es la de un Govern fuerte. Son lógicas incompatibles". El jueves señaló que dejaba la puerta abierta al acuerdo, a lo que el ex presidente catalán le respondió de inmediato que ya podía olvidarse de su apoyo.

Con este veto cruzado las posibilidades tras el 12-M se reducen a tres: un tripartito de izquierda, una coalición independentista o una repetición electoral. Puigdemont aseguró el jueves que confía en que no haya que repetir los comicios, aunque, añadió, en caso de no alcanzarse pacto alguno él podría batirse de tú a tú con el resto de candidatos ante la previsión de que ya estuviera aprobada la ley de amnistía y el de vuelta en Cataluña. Lo haría también en los debates, a los que en esta campaña ha renunciado participar al considerar que a través de una pantalla estaría en inferioridad de condiciones. No obstante, el líder de Junts también ha rechazado la propuesta de Pere Aragonès de medirse cara a cara "dónde quiera y cuándo quiera".

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