Pedro Sánchez se visualiza ya en un cuarto mandato mientras sus socios exigen concretar un plan

El presidente no ofrece medidas para su ofensiva por la "regeneración" pero amaga con renovar el CGPJ sin el PP

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
Efe

Pedro Sánchez no solo ha dejado atrás la duda que, según explicó en su carta a la ciudadanía el pasado miércoles, lo atenazó al conocer que un juez había decidido abrir diligencias previas en torno a su mujer, Begoña Gómez, por un supuesto delito de tráfico de influencias denunciado por el pseudosindicato Manos Limpias. Lo ha hecho con contundencia. Tras mantener en vilo al país durante cinco largos días, que su partido vivió con verdadera angustia, este martes proclamó que estaría incluso dispuesto a presentarse a la reelección para un nuevo mandato. "Estoy con ánimo para estos tres años - dijo- y los que quieran los españoles con su voto".

En el PSOE viven con alborozo el renovado estado de ánimo que ahora exhibe su jefe de filas, por más que no falten voces que admitan en privado que el inédito episodio vivido en la última semana ha dejado al descubierto algunas fallas en una organización excesivamente dependiente de su líder. El personalismo con el que Sánchez maneja las riendas de su partido ha llegado en esta ocasión al extremo de que, ni siquiera tras haber decidido que no dimitiría, en la madrugada del sábado, según su relato, se molestó en comunicárselo de inmediato a quien llevaba días sumida en la incertidumbre de si tendría que sustituirlo o no, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero. Pero apenas hay reproches internos y la mayoría se felicita de que hoy están más fuertes de cara a las catalanas del día 12 y las europeas de junio. "Salimos como un cohete", sostiene un barón territorial.

Sus socios, empezando por los de la coalición, se muestran en cambio más críticos. No solo cuestionan que fuera necesario que Sánchez hiciera partícipe de su dilema personal a todo el país sino que avisan de que, si de verdad lo que estuvo en el trasfondo de su 'pájara' fueron los ataques de la "maquinaria del fango" con la que la derecha y la ultraderecha, están poniendo "en riesgo" la democracia; si, de verdad, como afirmó este martes, se siente víctima del 'lawfare' -no judicial sino de la 'policía patriótica' del exministro popular Jorge Fernández Díaz- y si, de verdad, ha decidido quedarse para combatir todo eso, debería actuar ya.

La propia Yolanda Díaz, que este martes compareció en la Moncloa tras el Consejo de Ministros, defendió que es necesario dotar el "punto y aparte" anunciado por el jefe del Ejecutivo de "contenido". Pero en Moncloa defienden, en consonancia con lo esgrimido por Sánchez tanto en TVE como en la Ser -los dos medios a los que ha concedido entrevistas- que es pronto para poner sobre la mesa medidas concretas; que si el presidente hubiera vuelto de su "reflexión" con un plan estructurado se habría dicho que su reclusión había sido una mera operación para recuperar la iniciativa política, y que la tarea que pretende liderar es una "causa nacional" que debe contar con muchos otros participantes.

Al calor de la coyuntura, en el ambiente vuelve a planear, aun así, un asunto que arrastra desde la legislatura pasada. Sánchez abrió el lunes la puerta a una reforma que permita renovar sin el primer partido de la oposición, más de cinco años después de lo que marca la ley, el Consejo General del Poder Judicial. Este martes insistió: "Si el PP continúa en el bloqueo, el Parlamento necesitará articular mecanismos que lo saquen de esa situación".

En búsqueda de un acuerdo

El Gobierno ya amagó en 2020 con cambiar la mayoría cualificada que la ley exige al Parlamento para designar a los miembros del órgano de gobierno de los jueces por una mayoría absoluta, pero meses después desistió ante el rechazo de la Comisión Europea, que desde enero ha tratado de mediar entre los dos grandes partidos sin éxito. Los socialistas aseguran que el Ejecutivo comunitario ha podido constatar que son los populares los que están impidiendo el normal funcionamiento de las instituciones. Pero ni aclaran si ha dado su visto bueno para una modificación legislativa de esa índole, ni descartan por completo, como hacían hasta hace no mucho, llevarla a cabo.

Podemos se adelantó a registrar este martes en el Congreso una propuesta y la vicepresidenta segunda y líder de Sumar defendió que lo lógico es que, si pasado un plazo determinado, que podría ser un año, no se ha logrado la renovación por tres quintos (210 escaños), lo lógico sería que pueda acometerse por mayoría absoluta (176). Pero la portavoz del Consejo de Ministros, Pilar Alegría, matizó que ahora mismo el Gobierno sigue en la búsqueda del acuerdo y no en la siguiente pantalla.

Ni Sánchez ni Alegría plantearon más iniciativas. Inducidos por preguntas periodísticas, no descartaron, no obstante, acometer una revisión de la financiación pública que reciben lo que el presidente lleva días calificando de 'pseudomedios' ("páginas webs" y "digitales", dice) a los que no pone nombre. También el presidente dijo que estaría dispuesto a plantearse regular las actividades de los familiares de los cargos políticos, como ocurre en el Reino Unido, aunque insistió en tildar de "bulos" las informaciones, en algunos casos no desmentidas, sobre las que Manos Limpias construyó la denuncia contra su esposa.

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