Aniversario del 23-F: ¿Qué pasó ese día en España?

El país contuvo el aliento y España entera estuvo en vilo durante casi 24 horas mientras los tanques tomaban Valencia. En Zaragoza también se pasaron horas difíciles y se temió que sucediera lo mismo.

Gente agolpada en las calles de Zaragoza el 24 de febrero de 1981, tras el golpe de estado del 23-F. La normalidad reinante en la ciudad no se vio prácticamente afectada por los conatos de manifestación protagonizados por militantes de la extrema izquierda. Los ciudadanos, que agotaron la edición extraordinaria de HERALDO DE ARAGÓN, continuaban pendientes de las noticias a última hora de la tarde.
Gente agolpada en las calles de Zaragoza el 24 de febrero de 1981, tras el golpe de estado del 23-F. .
Archivo Heraldo de Aragón

El 23 de febrero de 1981 España estuvo a punto de echar por tierra la joven democracia que acababa de estrenar tan solo unos años antes, en 1977, debido a unos desgraciados acontecimientos ocurridos en el Congreso de los Diputados que han pasado a la historia de nuestro país.

Para la gran parte de los ciudadanos estos hechos son de sobra conocidos y muchos los vivieron pegados a la radio, pendientes y alerta ante el temor de que volvieran a repetirse hechos pasados de la historia de España. Sin embargo, es posible que para los más jóvenes, los acontecimientos de ese día hayan quedado relegados a una clase de historia en el instituto a la que prestaron una atención momentánea, por lo que cabe recordar en estas líneas qué es lo que pasó ese 23 de febrero de hace 43 años.

Esa tarde, el teniente coronel Tejero tomó violentamente la Cámara Baja de las Cortes Generales durante la sesión de investidura de Leopoldo Calvo Sotelo, cuando el plenario estaba votando. “El teniente general Gutiérrez Mellado, ministro de Defensa, sentado en el banco azul, se puso en pie para ordenar con firmeza a Tejero que depusiera las armas ante su autoridad, y Adolfo Suárez le secundó, también en pie, mientras Tejero forcejeaba con su superior para intentar derribarle, sin éxito”, recordaba el periodista A. Papell para HERALDO hace ya algunos años.

Portada de Heraldo de Aragón del 24 de febrero de 1981 con la información sobre el golpe de estado y las palabras del Rey Juan Carlos I.
Portada de Heraldo de Aragón del 24 de febrero de 1981 con la información sobre el golpe de estado y las palabras del Rey Juan Carlos I.
Archivo Heraldo de Aragón

“Los guardias alzados dispararon al aire para controlar la situación y solo tres personas resistieron gallardamente sin humillarse: Suárez, Gutiérrez Mellado y Santiago Carrillo. La dignidad del Estado, mancillada por aquellos golpistas, se había salvado gracias a la valentía del presidente del Gobierno saliente, de quien comandaba en aquel momento los Ejércitos y del personaje más característico de la oposición al franquismo”, prosigue. 

El presidente del Gobierno, al igual que Gutiérrez Mellado y Santiago Carrillo, se negó a tirarse al suelo como ordenaban los golpistas. Después, fue sacado del hemiciclo junto a los principales líderes y conducido a otras habitaciones, donde Tejero le amenazó con su pistola. “La escena fue tensa y dramática, pero finalmente el militar bajó el arma”, relata Papell.

Un golpe de estado con un secuestro de casi 24 horas

El Congreso estuvo secuestrado por los golpistas toda la noche, continuó hasta el medio día del sábado 24 y las consecuencias no se hicieron esperar en otras ciudades de España como Valencia, que fue ocupada militarmente, en virtud del estado de excepción proclamado por el teniente general Jaime Milans del Bosch. Dos mil hombres y cincuenta carros de combate fueron desplegados en las calles de la ciudad.

En Zaragoza el golpe se vivió con preocupación puesto que “éramos una ciudad militar o militarizada y no insistimos en que nos fue un pelo vivir las escenas de Valencia, cuando los tanques salieron por las calles”, recordaba el periodista de HERALDO, Ramón J. Campo en un reportaje de 2018. “El capitán general de la Región Militar, Antonio Elícegui, ordenó el acuartelamiento de todas las unidades, aunque al final de esa noche más larga de la historia de España, entre el rey Juan Carlos I y Sabino Fernández Campo -secretario general de la casa del Rey- conjuraron el peligro y lo convencieron para evitar la salida de los tanques a la calle", relataba. 

"Un oficial que estaba en el edificio de Capitanía me contó que alguna llamada telefónica no se cogió porque el general estaba en otro piso del edificio y quizás nos libró de vivir la asonada de otra manera”. Quien fuera director de la Academia General Militar de Zaragoza en ese momento, el general Luis Pinilla, “fue quien evitó que en Zaragoza ocurriese lo mismo que en Valencia y tuvo un papel fundamental en parar el golpe entre las tropas acuarteladas en la capital aragonesa”, explica Campo.

A la una de la madrugada del 24 de febrero, el rey Juan Carlos I, vestido con uniforme de capitán general de los Ejércitos, se dirigió a la nación por televisión para situarse en contra de los golpistas y defender la Constitución española. El secuestro del Congreso terminó a mediodía del día 24. Los españoles salieron en masa a las calles en todo el país para demostrar que querían una España democrática y las manifestaciones se sucedieron por todo el territorio. Han pasado ya 43 años del golpe de estado y, afortunadamente, gozamos de una democracia consolidada que va camino de cumplir el medio siglo de historia. 

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