gastronomía
Codillo, salchichas y cervezas de importación en una esquina muy alemana de Zaragoza
Esta cervecería restaurante de la capital aragonesa abrió sus puertas hace casi 30 años.
La Lotería de Navidad de 1994 dejó en Aragón unos 3.000 millones de pesetas repartidos entre las tres provincias. Ese mismo 22 de diciembre comenzó la historia de una cervecería y restaurante de la plaza de San Francisco de Zaragoza.
"Fuimos de las primeras cervecerías de importación de la ciudad", recuerda Juan José Pérez Yranzo, quien vio crecer Beerland y continúa al frente del proyecto. "Fue una novedad, porque teníamos 317 marcas diferentes en botella y unas seis en barril", apunta Pérez. Muchas de esas compañías cerveceras se han fusionado y en la actualidad ofrecen unas 70 embotelladas y mantienen las de barril. "La mayoría de ellas son belgas y alemanas, siendo muchas de ellas de abadía, elaboradas por monjes", determina Pérez, con el título de campeón de España de tiraje de cerveza belga y quinto del mundo. Otra peculiaridad de Beerland es que sirven la cerveza al estilo alemán, "a golpes", explica Juan.
La cerveza no se queda en la barra, sino que también llega a los platos que se preparan. Una de las recetas es el codillo al estilo alemán, que cocinan durante horas hasta conseguir una delicada textura y sirven con puré de patata y chucrut –col–.
Al igual que la propuesta anterior, la ensalada alemana o la amplia gama de salchichas que traen de Alemania descubre un recetario con influencias germanas. No obstante, estos sabores comparten carta con la cocina de mercado que elabora David Guajardo Baticón, en la cocina de esta restaurante desde hace casi tres décadas.
Mención especial requieren las patatas de la casa. Con su crujiente cobertura y el suave interior, gozan de cierta fama en la capital aragonesa. Las sirven con salsas, como una rosa y otra de tomate casero con un sutil toque picante. "Otro de los platos estrella son los bocaditos de solomillo con foie y salsa Oporto", indica Pérez.
A diario ofrecen un menú con hasta siete primeros y segundo a elegir –24 euros de lunes a viernes y 28 los fines de semana, un euro más si es en la terraza–. Entre esos platos, algunos curiosos, como la hamburguesa de cachopo. A pesar de que la cerveza sea una bandera del negocio, también cuentan con una gran familia de vinos y champanes, que exhiben y maridan en las catas que organizan durante todo el año.
Vecinos de la zona que han visto crecer, zaragozanos de otro barrios y profesores universitarios forman la fiel clientela que encuentra un lugar de referencia en esta esquina tan alemana.
