De 55 a 10 entidades: la posible fusión de BBVA y Sabadell agita el mapa bancario y pone el foco en Unicaja

CaixaBank y Bankia y Liberbank y Unicaja protagonizaron los últimos coletazos de la concentración del sector

Fachada del edificio `La Vela', en la ciudad del BBVA en Madrid
Fachada del edificio `La Vela', en la ciudad del BBVA en Madrid
Ricardo Rubio

De 55 bancos y cajas de ahorros a apenas una decena en poco más de una década. Las negociaciones entre BBVA y Banco Sabadell para una posible fusión han reactivado el mapa bancario cuando se cumplen casi cuatro años de la última operación de calado en España: la protagonizada por CaixaBank y Bankia en septiembre de 2020, formalizada ya en marzo del año siguiente. 

Un proceso de concentración que ha llegado en varias olas -la primera con la bancarización de las cajas- y que se aceleró a partir de 2012, ante la fuerte presión que llegaba desde Bruselas y del propio Banco de España en un momento en el que la misma supervivencia de las entidades estaba en juego, en plena crisis de deuda soberana y los graves problemas de solvencia que presentaba buena parte del sector. Todo aderezado con la incapacidad para generar ingresos que llegaría poco después, en un entorno de tipos de interés negativos que queda muy lejos del actual.

Supervivientes

El proceso ha provocado que, por ejemplo, solo entre Santander, BBVA y CaixaBank gestionen actualmente los activos de 29 entidades que en 2009 operaban completamente en solitario. En la memoria quedan ya nombres como Caixa Manresa, Caja Sol o Caixa Galicia. Más recientes han sido las desapariciones de Banco Popular -absorbida por Santander tras la caída de la entidad en junio de 2017- o Liberbank, fusionada con Unicaja.

En todo este proceso forzado en buena parte por los supervisores, solo Bankinter ha aguantado -de forma muy positiva, con crecimiento y resultados récord- sin formar parte de la concentración de la que también han resultado las que ahora son Kutxabank, Ibercaja, Cajamar y Unicaja. Precisamente, la operación de BBVA y Sabadell ha devuelto el foco de forma indirecta a la entidad malagueña, a la que el mercado apuntaba hace solo unas semanas como posible pareja de baile del propio Sabadell. Una operación que desde ambas entidades han negado siempre. «No hay absolutamente nada», indicaba Josep Oliu hace solo unas semanas, cuando se le preguntaba por esta posibilidad.

Sin embargo, fuentes financieras indican que en el mercado se daba por hecha su fusión, aunque algo más tarde ya que Unicaja prefería mantenerse independiente para dar tiempo a que Isidro Rubiales, consejero delegado de la entidad desde el pasado septiembre, se asentase en el puesto y lograse una mejora notable del negocio.

Ahora, el posible comprador de Unicaja se convierte en objeto de deseo de BBVA, dejando a la malagueña en solitario y a la posible búsqueda de un compañero de viaje que permita mantener el crecimiento en un entorno de tipos de interés a la baja que, sin duda, impactará en los márgenes de todo el sector.

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