El Zaragoza, clasificado al borde del infarto

El Real Zaragoza hizo valer la ventaja lograda en la ida y avanza de ronda tras perder por 2-1 ante el Granada. Los aragoneses jugaron más de media hora con uno menos por expulsión de Postiga.

Los jugadores del Zaragoza celebran el gol de Josemari
El Zaragoza supera al Granada y se enfrentará al Levante en octavos
EFE

Misión cumplida, aunque no exenta de sufrimiento. El Real Zaragoza consiguió clasificarse para los octavos de final de la Copa del Rey tras un partido no apto para cardiacos en Granada. La vuelta de una eliminatoria en la que los aragoneses tuvieron que hacer valer la ventaja de un gol cosechada en la ida. Con un hombre menos por expulsión de Postiga en el minuto 59, el conjunto zaragocista sufrió lo indecible para poder mantener en el marcador un 2-1 que le permite continuar con vida en la que un día fue su competición fetiche.


Ya desde el principio, se vio que la empresa no iba a ser sencilla. Obligado por el calendario, Manolo Jiménez ordenó varias rotaciones en el equipo que saltó al Nuevo Los Cármenes. Cambios de nombre, no de dibujo, que sin embargo impidieron a los blanquillos mantener la línea labrada jornadas atrás.


Las modificaciones más sensibles se dieron en el centro del campo. Ante la ausencia de Apoño, José Mari hizo pareja con Movilla en la base, mientras que Romaric tomó la alternativa en la punta más adelantada del triángulo. En las alas, Víctor, por la izquierda, y Zuculini, por la derecha, buscaban hacer daño. Lamentablemente, en líneas generales, el experimento no funcionó como debiese y los aragoneses ofrecieron una cara más gris que en otras ocasiones.


Fútbol impreciso


Por necesidades de marcador, la iniciativa recayó sobre los hombros locales. Con más ímpetu que orden, los andaluces merodearon repetidas veces la meta defendida en esta ocasión por Leo Franco, quien tuvo una actuación repleta de altibajos extremos. Con acciones de héroe, como la vivida en el descuento, cuando consiguió sacar dos ocasiones consecutivas a Floro Flores que parecieron gol, con otras tremendamente desafortunadas, como su salida en el córner que supuso el segundo tanto nazarí.


El juego asociativo que hasta la fecha había monopolizado el discurso zaragocista, brilló por su ausencia en el Nuevo Los Cármenes. Durante la primera parte, Postiga revivió los oscuros días de la pasada temporada, en la que cada balón que le llegaba procedente de la medular era peor que el anterior. Por si fuera poco, terminaría expulsado por doble amarilla, después de que Gil Manzano considerara que se había tirado dentro del área justo después de haberse regateado a la defensa nazarí en una baldosa. Además, en la primera parte, el luso, garantía de lucha en cada pelota, había sido objeto de un penalti no pitado cuando Iñigo López le empujó por la espalda cuando ambos disputaban un balón definido. Lance que, por cierto, le produjo una aparatosa herida en la cabeza.


El portugués, no obstante, antes de abandonar el terreno de juego, se pudo desquitar de tanto despropósito dando la asistencia de gol en la única jugada que los avispas trazaron con sentido mientras estuvieron en igualdad numérica. Abierto a la izquierda, el ariete vio la incorporación de José Mari en la frontal del área y decidió ponerle el esférico de manera templada. Servicio que el roteño transformó en un auténtico golazo, empalmándolo de volea hasta el fondo de la red granadina.


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Sufrimiento hasta el final



El tanto sirvió para igualar el gol inicial de Ighalo, que en una contra sucedida en la primera parte había batido a Leo Franco después de que su disparo tocase en Loovens. La otra diana visitante, producida en el 65, llegó ya con los rojibalncos en superioridad, a la salida de un córner en el que falló el sistema defensivo aragonés al completo y que Mainz cabeceó a la red.


Durante la última media hora, el partido fue un continuo sufrimiento para los hombres de Manolo Jiménez. Una ofensiva sin fin que solo la salida de Aranda pudo mitigar. Solo en punta, el malagueño supuso un auténtico tiempo muerto para un conjunto, el zaragozano, totalmente acorralado en su área. El delantero aguantó cada balón que le llegó, permitió la salida del equipo zaragozano e, incluso, posibilitó algunas ocasiones de gol para los suyos. La más clara, una incorporación de Abraham, el cual terminó como volante con Paredes por detrás, que Montañés mandó al palo. Además, a balón parado, Sapunaru cabeceó a fuera en dos ocasiones cuando lo tenía todo franco para marcar.


El partido, finalmente, murió en el área zaragocista. Con Leo Franco como salvador y Loovens, que sacó una pelota sobre la línea de gol, como su lugarteniente. Gritos de sufrimientos que dieron paso a los de alegría. El Real Zaragoza estará en octavos.


Ficha técnica:


2 - Granada CF: Roberto, Ortiz, Mainz, Iñigo López, Angulo (Siqueira, 62'), Iriney (Orellana, 80'), Mikel Rico, Benítez, Torje, Floro Flores e Ighalo


1 - Real Zaragoza: Leo Franco, Sapunaru, Loovens, Álvaro, Abraham, Movilla, José Mari, Romaric (Montañés, 57'), Víctor (Paredes, 66'), Zuculini (Aranda, 78') y Postiga


Gol: 1-0 Ighalo (27'), 1-1 José Mari (57'), 2-1 Mainz (65')


Árbitro: Gil Manzano. Del Granada fueron amonestados Torje y Dani Benítez. Por el Real Zaragoza vieron la amarilla Romaric, Álvaro, Sapunaru, Aranda y Leo Franco. Además, Postiga fue expulsado por doble amonestación en el minuto 59.


Incidencias: Partido de vuelta de dieciseisavos de final disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes