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Aranda Millán y el precio del progresismo

Intentó convertir la Universidad de Zaragoza en un centro de investigación a la altura de otras universidades europeas, pero todos sus planes chocaron con la oposición de otros catedráticos, que no comulgaban con sus ideas "revolucionarias"

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Imagen del Museo de Biolog´ıa de la Facultad de Ciencias de Zaragoza, antes de que se embalara y trasladara al Paraninfo.
Universidad de Zaragoza

El zaragozano Francisco Aranda Millán (Villarroya de la Sierra, 1881-Pedrola, 1937) simboliza el enfrentamiento entre los sectores académicos progresistas y conservadores en la Universidad de Zaragoza. Apasionado de la Zoología, publicó numerosos trabajos, pero fue su contribución a la Universidad la que dio brillo a su nombre. Intentó convertirla en un centro de investigación a la altura de otras universidades europeas, pero todos sus planes chocaron con la oposición de otros catedráticos que no comulgaban con sus ideas "revolucionarias" ni su participación en logias masónicas, de las que Aranda era miembro. Su presencia en la elaboración de planes de estudio fue muy activa, pero consideraba insuficiente el interés del claustro universitario por las ciencias naturales.

Problemas políticos

La llegada de la República trajo apoyos para Aranda, en las personas de los profesores Santiago Pi Súper, Juan Cabrera o José Gaos, que se unieron al sector progresista. El grupo no duraría mucho y, durante la Guerra Civil, Aranda fue acusado por una Comisión Depuradora de "masón" y "difundir en su cátedra doctrinas peligrosas", según recoge el profesor de la Universidad de Zaragoza Luis Inda Armendía en un trabajo del Departamento de Agricultura. Esta comisión, presidida por Antonio de Gregorio Rocasolano, condenó a Aranda Millán, que murió fusilado en Pedrola en 1937.

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