Urbanismo

Esqueletos de hormigón a la espera de piqueta en el corazón de Zaragoza

Muchas obras paralizadas se han retomado tras la crisis inmobiliaria, pero todavía hay algunos ejemplos abandonados en solares cercanos al centro de la ciudad.

Los esqueletos de hormigón suelen situarse a las afueras, aunque algunos todavía persisten cerca del centro de Zaragoza.
Los esqueletos de hormigón suelen situarse a las afueras, aunque algunos todavía persisten cerca del centro de Zaragoza.
K. U.

Son muestra de los excesos que provocaron la gran crisis inmobiliaria de 2008. Algunos han pasado a mejor vida y otros siguen esperando algún  uso que los saque del abandono. Los esqueletos de hormigón son uno de esos elementos del urbanismo que generan una sensación de curiosidad e incertidumbre. Y todavía siguen teniendo presencia cerca del centro de Zaragoza, en ubicaciones casi privilegiadas para el mundo del ladrillo. 

No existe un registro de cuantas obras paradas hay, aunque muchas se han convertido ya en un mito del paisaje, como las famosas de La Muela. No obstante, los promotores y expertos del sector inmobiliario de Zaragoza conocen un buen puñado de casos. Y hay muchos a la vista de todos. Uno de los más sonados en la historia reciente es el del icónico solar de 'Las piedras del Coso', en el número 101 de la calle homónima, en pleno corazón de la ciudad.

Esta construcción a medias ha tenido sus idas y venidas, pero es mucho más reciente a los casos de la crisis inmobiliaria. En 'Las piedras del Coso' terminaba la ciudad, según la inscripción colocada en el número 101 que así lo recordaba, y comienza el tramo popularmente llamado Coso bajo. Este primer punto de la vía contiene antiguos vestigios de la muralla que rodeaba la Zaragoza romana y sirvió como cantera para la construcción de nuevos edificios, aprovechando restos de la vieja muralla, junto a los graneros de la ciudad y la antigua judería. En 2005, el Ayuntamiento de Zaragoza retiró la citada inscripción con la intención de preservarla y devolverla a su lugar, una vez concluida la construcción de un bloque de viviendas, cuyas obras se iniciaron en 2007. 

Durante la demolición de la vieja casa que ocupaba este espacio se encontraron varios sillares de la muralla romana, al igual que ocurrió con el edifico contiguo, en el número 99, y la construcción quedó detenida. Hubo intentos para retomar las obras, pero temas relacionados con impagos y deudas la abocaron al abandono hasta hoy, aunque podría reanudarse, ya que todavía se muestra la licencia de obras. Se retiraron los andamios para evitar que algunas personas se subieran a los edificios y los vandalizaran. 

'Las piedras del Coso', con una obra a medio hacer.
'Las piedras del Coso', con una obra a medio hacer.
H. A.

Casi 20 años en pleno centro de Zaragoza

Su estructura está más avanzada que lo habitual en este tipo de espacios abandonados. Otro ejemplo de un esqueleto puro y duro está a escasos metros de la plaza de Aragón: en la calle de Almagro, a la altura del número 3. De hecho, los vecinos del entorno llevan casi 20 años viendo, día a día, un esqueleto de hormigón en uno de los solares más preciados de la ciudad. Nuevamente, las quiebras de las constructoras hicieron mella. La licencia de obra la consiguió la promotora Viviendas Ruiseñores en 2005, pero ya en 2006 se produjeron las primeras demandas vecinales, cuando se pararon los trabajos.

El esqueleto de hormigón de la calle de Almagro número 3.
El esqueleto de hormigón de la calle de Almagro número 3.
H. A.

La citada licencia tenía validez hasta 2013 y la constructora no la renovó. El caso llegó a los banquillos tras las denuncias de los compradores por estafa y acusación indebida. Al parecer, varias personas se hicieron con los pisos y garajes sobre plano y, aunque algunos recuperaron la cantidad invertida, otros no. Mientras, el esqueleto yacía en la calle de Almagro, completamente abandonado. Los vecinos de la zona denunciaron el deterioro del inmueble y pidieron, en repetidas ocasiones, que se procediese a su demolición, sin éxito.

Mitad residencia, mitad esqueleto

Muchos de estos inmuebles pertenecen ahora a los bancos, que en ocasiones les buscan una salida a través de algunas de sus inmobiliarias y, en otras, caen en desidia. Es llamativo el caso de las esquinas del psiquiátrico, en la confluencia de las calles Duquesa Villahermosa y Vía Univérsitas, donde el estallido de la burbuja volvió a hacer mella, y la estructura abandonada se ha revitalizado, pero solo a medias.

La obra paralizada restante en la confluencia de la calle de Duquesa Villahermosa con la Vía Univérsitas.
La obra paralizada restante en la confluencia de la calle de Duquesa Villahermosa con la Vía Univérsitas.
P. O.
La obra paralizada restante en la confluencia de la calle de Duquesa Villahermosa con la Vía Univérsitas.
La obra paralizada restante en la confluencia de la calle de Duquesa Villahermosa con la Vía Univérsitas.
P. O.

La promotora Bruesa estaba desarrollando el residencial Torres de Villahermosa, un complejo de cuatro edificios de viviendas de lujo y otro para oficinas, cuando quebró en 2011 y dejó los trabajos a medias, con un enorme esqueleto de hormigón a la vista de todos en el barrio de Las Delicias. No fue hasta 2022 cuando la mitad de la obra paralizada la compró el Grupo Moraval para hacer una residencia de estudiantes operada por Nodis, que se encuentra en perfecto funcionamiento. La otra mitad del inmueble muestra sus 'tripas'. 

Vicente Lafuente, gerente de la Fundación Laboral de la Construcción de Aragón, expresa que muchas de estas infraestructuras abandonadas "se han revitalizado", aunque sigue habiendo múltiples casos repartidos por toda la ciudad. "Algunas, incluso, parecía que no saldrían nunca del letargo", puntualiza. Lo cierto es que en el 99% de los casos, cayeron en el ostracismo por la crisis inmobiliaria y acabaron en manos de entidades bancarias.

Durante años, estas obras paralizadas no encontraban su salida por ningún lado. Derribarlas suponía un coste, además de comprar el solar, para luego construir la promoción, y no salía rentable para las constructoras, ya que no existía la demanda de hoy. La ubicación de estos terrenos, en algunos casos, es envidiable para levantar viviendas, por lo que no sería extraño ver actividad de grúas de nuevo en estos emplazamientos.

Venta de obras paralizadas

Los esqueletos de hormigón de La Muela, a la venta en la inmobiliaria de un banco.
Los esqueletos de hormigón de La Muela, a la venta en la inmobiliaria de un banco.
R. J. C.

A modo de curiosidad, las citadas inmobiliarias de bancos comercializan, en algunos casos, las obras paradas que han heredado con el paso del tiempo. Así, por ejemplo, en Aliseda (de Santander) se puede encontrar una oferta por los paradigmáticos esqueletos de La Muela, donde se planificaron hasta 16.000 viviendas hasta que reventó la burbuja y, con ella, las esperanzas de levantar semejantes urbanizaciones. Ahora, sin revelar el precio, esta agencia publicita 19.166 metros cuadrados de obra parada. Pero hay otras tantas en Cuarte y María de Huerva, Utebo... Y, en general, en el área metropolitana de Zaragoza.

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