coronavirus

El barrio más joven de Zaragoza dispara sus casos: "Hay padres que no llevan a sus hijos al cole"

Valdespartera ha notificado 130 nuevos positivos en tres días. Los colegios han cerrado varias aulas y algunos tienen a más del 10% de su alumnado confinado por ser positivo o contacto.

Entrada al colegio Valdespartera I este jueves.
Entrada al colegio Valdespartera I este jueves.
Toni Galán

Los grupos de Whatsapp de padres y de profesores echan humo en Valdespartera. Son la manifestación del run-rún que corre a las puertas de los colegios debido al fuerte incremento de casos que se ha registrado allí en los últimos días. En el barrio más joven de Zaragoza, son los niños los que se están llevando la peor parte. Entre los contagiados y los confinados por ser contacto, hay centros escolares en los que más del 10% de alumnos están en sus casas de cuarentena. Algunas familias han optado por sacar a sus hijos del comedor o, directamente, por no llevarlos al cole.

El barrio ya llevaba un par de semanas contando sus casos al menos de diez en diez, pero las cifras se han desbocado en los últimos días. Solo en las tres últimas jornadas se han notificado 130 nuevos positivos en Valdespartera, lo que ha disparado su incidencia acumulada por encima de los 700 casos, la más alta de las zonas básicas de salud de Zaragoza. En un distrito tan joven, es inevitable que el virus llegue a los niños y que, por tanto, entre en los colegios. Entre los cuatro colegios, hay al menos tres aulas cerradas y decenas de chavales confinados. Solo el Soledad Puértolas (Valdespartera IV) se ha librado estos días, al menos de momento, de los contagios.

Mercedes Ramos, directora del Valdespartera I, dice que “cada día aparecen dos o tres casos sueltos” en el centro, lo que provoca “muchos nervios” y hace que algunas familias “no traigan a los niños”. A su juicio, “el punto conflictivo es el comedor”. No tanto porque sea el foco de los contagios -determinar la trazabilidad de los casos es complicada-, sino porque si un niño da positivo, hay que confinar “al de su izquierda, al de su derecha y a los tres de enfrente”.

En este centro -que tiene jornada partida- se quedan a comer 450 niños, cuando el año pasado -con la jornada continua- lo hacían unos 200. “Las familias están indignadas, así que algunos se las están apañando para llevárselos a casa a comer, pero otros no tienen más remedio que dejarlos”, afirma esta directora que dice estar “mucho peor que el año pasado”. En otros centros del barrio la cifra de alumnos que se quedan a comer es aún mayor.

Rebeca Ramírez, directora del Valdespartera III, señalaba que en las últimas dos semanas "se ha notado un fuerte incremento de casos", y admitía que "hay familias nerviosas". "Hay preocupación, pero no hay constancia de que el origen del brote sea el colegio", aclaraba. 

A las puertas del Valdespartera II, Pili Padillo dejaba a su hija para marchar luego a trabajar, curiosamente, al Valdespartera I. “Hay muchísima preocupación en todos los coles. La semana que viene, que solo hay clase el jueves y el viernes por el puente, tendrían que cerrar para que se calmen los contagios”, opinaba. Coincidía, además, en que “el mayor riesgo está en el comedor”, a pesar de que “hay mucha ventilación y se tiene cuidado con la higiene”. A su lado, otras dos madres certificaban que “hay muchos nervios” y que hay familias que “no están trayendo a los niños” a clase.

Marta Henche y su hermano Álvaro, a las puertas del centro de salud de Valdespartera.
Marta Henche y su hermano Álvaro, a las puertas del centro de salud de Valdespartera.
Toni Galán

Cerca, en el centro de salud, las PCR a niños se cuentan a diario por decenas. Marta Henche salía del ambulatorio porque su hijo había dado positivo unos días atrás. “El martes hicieron 60 pruebas solo a niños”, cuenta. Según contaba su hermano Álvaro, ahora “cada día te enteras que alguien se ha contagiado o que ha sido contacto”, cuando “hace un par de semanas no había ni un caso”.

En la farmacia Allué, junto al centro de salud, también han detectado la llegada al barrio de la séptima ola de covid. Hace unas semanas apenas vendían unos pocos test de antígenos “para alguien que iba a hacer una comida familiar y quería estar un poco más tranquilo”. Ahora todos los días salen de los mostradores “15 o 16 pruebas”, para gente “que ha estado en contacto con algún positivo o que tiene síntomas”, señala María Luisa Martínez, responsable de la farmacia.

María Luisa Martínez atiende en la farmacia Allué de Valdespartera.
María Luisa Martínez atiende en la farmacia Allué de Valdespartera.
Toni Galán

“Ha habido muchos casos en los colegios, así que hay padres que vienen a por los test para hacérselos a sus hijos y quedarse más tranquilos”, añade. El incremento de la demanda comenzó “el viernes o el sábado” pasados, aunque también destaca “la responsabilidad” de muchos clientes que compran test “ante cualquier síntoma catarral o gripal”. “Algunos se llevan el frenadol y el test, por si acaso”, señala.

Susana Moreno, en el puesto de Frutas Visiedo en el mercado de Valdespartera.
Susana Moreno, en el puesto de Frutas Visiedo en el mercado de Valdespartera.
Toni Galán

En el mercado del barrio, lugar de paso de muchos vecinos, también se comenta la situación epidemiológica. Susana Moreno, de Frutas Visiedo, tuvo que ir el sábado al centro de salud por un dolor de oído y se encontró “una fila entera de niños que se iban a hacer la prueba”. “Los clientes comentan que hay mucho caso en los colegios y también en las guarderías”, comenta esta tendera, quien dice que “poco nos pasa para lo que nos merecemos”. Según apunta, “hay quien viene sin mascarilla y aún se enfada si le dices que se la ponga”.

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