Francisco Rico y el Caballero del Verde Gabán

Desde que hace años 48 años María Teresa Cacho nos obligó, a quienes cursábamos 2º de Filología, a la lectura de ‘El Quijote’, vuelvo a sus capítulos con frecuencia, además de con la gratitud de haber aprobado con ese tema las oposiciones en 1986. 

La muerte de Francisco Rico me ha motivado el recuerdo de la mejor edición que de ese libro he leído. Y me gustaría agradecer su trabajo de filólogo con una anécdota. Durante años tuve en las virtudes de Diego Miranda, el Caballero del Verde Gabán, personaje de pasar acomodado, discreto y generoso, un ideal de vida y un motivo más para insistir en el capítulo XVI de la segunda parte de ‘El Quijote’ como lectura de cabecera. Sin embargo, cuando leí la interpretación filológica que Francisco Rico realiza de ese personaje (la vanidad del color verde, la burla ante el devoto beso que en sus pies Sancho quiere darle a "este santo a la jineta", y cómo todo el capítulo responde a un típico enfrentamiento literario entre el caballero cristiano y el héroe caballeresco), se me rompió la fascinación por Don Diego Miranda. Yo creo que el propio Rico sabía cuál iba a ser el fiasco que su interpretación genuina de ‘El Quijote’, como un libro ‘de burlas’, iba a producir en algunos lectores: "La explicación del filólogo y del historiador es insuficiente, y en tal sentido es falsa, si no esclarece también las lecturas no genuinas que el libro ha tenido". Ojalá fuese tan fácil volver a la vida, como lo hizo Altisidora con "doce pellizcos y seis alfilerazos en lomos y brazos". Descanse en paz, Francisco Rico.

Javier Fatás Cebollada. ZARAGOZA

Serrat, para la libertad

Un premio bien merecido tras seis décadas de entrega a una causa, la libertad. Esta vez el Premio Princesa de Asturias de las Artes ha sido concedido a nuestro cantautor español Joan Manuel Serrat. Persona humilde que nunca ha renegado de su patria ni de su ciudad. Persona noble a la que admirar por su trabajo y su verdad; la de su vida. Nunca ha querido nada que no le correspondiese y aun sin darle lo suyo ha preferido no reclamar. Persona prudente, sin quererse dar a conocer más que por su lucha, la que fue en aquellos tiempos de dictadura en España. Ejemplar ante todo y todos. Nunca pedirá y siempre otorgará, porque no es de acumular si no de dar alegría a su vida y a la de los demás. Bellas letras en sus canciones, hermosas vivencias de su tiempo, de su andar y caminar por el mundo. Otros cantautores, como él en su tiempo, han dado también voz en sus letras a la opresión de tiempos pasados con la esperanza de dejarla en el olvido del tiempo. Sigamos luchando por ella, por tan bella expresión, por la libertad. Hagámoslo en paz, sin piedras en el camino, sin tropiezos y, lo más importante, sin guerras. Enhorabuena por tan reconocido premio.

Nuria Marruedo López. ZARAGOZA

Los políticos, a lo suyo

La política y las personas que la ejercen siguen mirando al pasado. Hoy el protagonismo no se encuentra en las instituciones de la vida pública, al ser sustraído por el personalismo de las manifestaciones y acciones de los políticos. Un ejemplo es el retraso de las leyes en los pacientes de ELA. Es más importante la vida del político que el sufrimiento de estos enfermos, que siguen a la espera de ser atendidos por una democracia que solo se ocupa del político. Tenemos un sistema político devaluado, ante el incremento de la pobreza y riesgos de exclusión, porque el programa electoral se encuentra en el baúl de los recuerdos. La actual clase política pasará a la historia como un colectivo, que tenía medios para realizar las transformaciones de los ciudadanos, pero se olvidó del futuro de sus votantes. Todo un despropósito. De nada sirve ir a las urnas, si los ciudadanos no exigimos a los representantes un compromiso real con las necesidades de la población.

Pedro Marín Usón. ZARAGOZA

Separaciones no traumáticas

Me contaban de una familia numerosa cuyos padres están separados y tienen cuatro hijos y que en la custodia compartida, cada quince días, en lugar de moverse los críos de casa se mueven los padres. Cada padre vive en su casa o la de un familiar, pero la casa común de antes de la separación es como el cuartel general y así los niños no tienen que ir haciendo y deshaciendo maletas para trasladarse a casa del progenitor que les toca cada dos semanas. Los vástagos siguen integrados en su entorno y en su colegio, están juntos en su hogar, en su habitación de siempre, con su rutina habitual. Es una fórmula inteligente, menos traumática, positiva. Me alegro por esa familia en el sentido de que han dado con una solución idónea, en lugar de vender la casa familiar y cada uno por su lado, los niños siguen en su hogar y los adultos, que se adapten.

Luis Solanas Cebolla. ZARAGOZA

Máquinas veloces y sigilosas

Según datos de la Federación Española de Vehículos de Movilidad Personal, ya hemos alcanzado los cinco millones de patinetes eléctricos en nuestra nación, lo que constituye un auténtico ‘boom’ si se considera que, hasta la crisis del coronavirus del año 2020, a este nuevo medio de desplazamiento se le consideraba poco menos que un juguete infantil. Pues bien, al mismo tiempo que este mercado ha experimentado una franca expansión, se ha incrementado exponencialmente el número de conflictos y accidentes de todo tipo, por la interacción de este nuevo modelo de movilidad que se ha puesto de moda con el resto de los usuarios de la vía pública. Ahora bien, de poco parece haber servido la normativa que ha empezado a regir a partir del 22 de enero pasado, ya que –salvo quienes cumplen estrictamente con la ley– aún es fácil observar paseando tranquilamente por los centros de las ciudades a gamberros derrapando por las calles y plazas peatonales a tan solo unos centímetros de atropellar a personas mayores, así como circulando a más velocidad de la requerida y con los cascos de música puestos y sin protección. Y es que el mal uso de estas máquinas veloces y sigilosas por parte de maleducados conductores y la falta de responsables de poner las pertinentes multas, hacen que el ciudadano al salir de casa pueda sentirse con el miedo en el cuerpo ante un peligro prácticamente constante.

Miguel Sánchez Trasobares. ZARAGOZA

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