Atando cabos de arte y ciencia

Atando cabos y ciencia
Atando cabos y ciencia
Heraldo

Siento una profunda admiración por quienes se dedican a atender nuestra salud. La pandemia nos hizo caer en la cuenta de su importancia. Entonces, colectivamente, descubrimos que la salud pública tiene precio y, si no se cuida, vamos al abismo. 

También descubrimos los límites de nuestro sistema sanitario y la importancia de una buena gestión de los recursos. Esto incluye, al menos, a las administraciones públicas y empresas del sector (en tanto que gestores), a la industria farmacéutica (en una sociedad intoxicada), a la formación de profesionales en todos los campos y niveles (con las dificultades de acceso a los estudios de grado de medicina, fisioterapia… y las paradojas del sistema mir), a los procesos de innovación social y tecnológica (incluyendo robotización, inteligencia artificial y trabajo social sanitario), a las políticas de estado (garantes de su universalidad, gratuidad y corresponsabilidad), pero, sobre todo, a los y las profesionales de un sistema que tiene distintos niveles de especialización y responsabilidad.

El modelo de sanidad construido en España es una conquista irrenunciable y un reto mejorarlo. La pandemia nos hizo tomar conciencia de ello

Después, individualmente, sólo se activa esa conciencia cuando toca de cerca la enfermedad. Usted que lee estas líneas, seguro que tiene en su memoria más de un ejemplo donde ha visto las orejas al lobo, en carne propia o en un ser querido. En mi caso, hace unos días tuvimos a nuestro hijo pequeño ingresado por una neumonía atípica. Se recupera, pero nunca se agradece lo suficiente lo que supone contar con personas comprometidas en un sistema público de salud. Es una conquista irrenunciable. Es un deber cuidar lo conseguido con el modelo de sanidad construido en España. ¡Quienes redactaron la Ley de Sanidad de 1855, no se lo creerían! Nos toca seguir mejorando lo alcanzado, siendo responsable cada quien de su propia salud, apoyando el sistema en su conjunto.

En ese sentido, merece la pena leer a Concha Vidal y su ‘Atando cabos’. Ha ejercido la medicina durante más de cuatro décadas. En su libro aporta unas cuantas claves para comprender las diversas dimensiones de la ciencia médica y del arte de curar en un sistema sanitario con luces y sombras. En sus relatos se refleja el equilibrio entre conocimiento riguroso, la formación permanente y la sabiduría dejada por el poso de la experiencia. Más allá de la legislación o de las políticas, lo esencial son las personas que están comprometidas en su ejercicio profesional.

No se nos ha de olvidar. Cuando se experimenta la enfermedad, se hace más evidente

Como apunta en su libro, "el conocimiento intelectual, en el ámbito sanitario, aporta una base desde la que ayudar a los demás. Permite construir, por así decirlo, una ingeniería propia aplicada como avatar al paciente". Y esto se concreta en experiencias intensas donde, como escribe, "la más importante ha sido tomar conciencia de la confianza de los pacientes". Esa es una dimensión personal e intransferible. Dice, "la enfermedad da la perspectiva de la fragilidad" y lo cuenta desde su propia experiencia lidiando contra el cáncer. Toca pensar el rumbo y el horizonte, porque como dice Concha Vidal: "Aquí padecemos una estupidez administrativa que ha generado desafección por el bien común ¡y de qué manera!".

La salud es más que la medicina. Y la medicina va más allá de la ciencia. Es un arte. La esencia radica justo en la integración armoniosa de ciencia y arte. Es la combinación de conocimiento científico con habilidades humanas lo que permite a los profesionales brindar atención compasiva y efectiva. En última instancia, la medicina es tanto un acto de curación como un acto de comprensión, que une el rigor científico con la compasión humana para mejorar la salud y el bienestar de las personas. Esto se percibe en la obra de la doctora Vidal.

Chaime Marcuello es profesor de la Universidad de Zaragoza

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Chaime Marcuello en HERALDO)

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión